Los datos indican que en las residencias geriátricas el 37,9 % de los usuarios padece depresión y el 32,4 % son pacientes crónicos polimedicados. Además, estos últimos toman una media de 11,7 medicamentos, mientras que quienes viven en su domicilios toman 8,2 de media.
El 3 % de las hombres y el 6 % de las mujeres mayores de 64 años viven en residencias asistidas. Las mujeres tienen una media de edad tres años mayor que los hombres.
Los datos indican que las residencias asistidas acogen a personas con alto grado de dependencia, además de sufrir enfermedades crónicas severas. También el estudio señala que la mayoría tienen ingresos bajos.
Debe tenerse en cuanta el hecho del progresivo e imparable envejecimiento de la población, que aumentará el número de personas mayores con pluripatologías, dependencia, cronicidad y deterioro cognitivo. El aumento del gasto sanitario viene dado porque entre el 70 y el 80 % del presupuesto anual sanitario se destina a la atención a los mayores de 65 años, de lo que se infiere que en el futuro se deberá planificar y destinar recursos suficientes.
Con los datos aportados, las asociaciones de atención primaria mencionadas piden que se incremente el presupuesto destinado a la atención a las personas mayores, además de unificar los modelos asistenciales y de coordinación en la atención del paciente en atención domiciliaria, tanto si la visita se realiza en una casa particular como en una residencia.