Se calcula que alrededor del 60 % de las personas que viven enr esidencias geriátricas padecer algún grado de disfagia. Además de quienes
sufren patologías como ictus, o enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson.
El primer paso para solventar problemas de disfagia es adaptar la textura de los alimentos y líquidos a las necesidades de cada paciente.
Para que los pacientes de disfagia se puedan alimentar de manera adecuada, el hospital organizó un encuentro mundial con 120 expertos, en el que se han llevado a cabo talleres de cocina donde se han elaborado recetas alternativas a las papillas y preparados para bebés, que es un recurso al que se acaba acudiendo y que no es una alimentación adecuada para las personas mayores.
En los talleres se trató cómo adaptar los fluidos para que los pacientes no se atraganten a base de espesantes y los sólidos a texturas que se puedan tragar con facilidad. También la importancia de una buena salud bucodental.
Se ofrecieron dos dietas de texturas diferentes para pacientes con distinta capacidad de masticación y deglución, fáciles y que se pueden reproducir en las casas, pero con los elementos nutricionales necesarios y sin que se tenga que renunciar al sabor, pues el estímulo del apetito es fundamental para que estos pacientes no dejen de comer.
Los talleres se celebraron en el mercado de la plaza de Cuba de Mataró y congregaron a un público numeroso.