El pasado 28 de Abril el diario digital hoydigital.com
se hacia eco de unas manifestaciones de los dirigentes regionales de Comisiones
Obreras de Extremadura en las que se denunciaba la falta de cuidado por parte
de la Administración Pública a la hora de aplicar para sí
la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Uno de los colectivos más
afectados es el de las residencias geriátricas o los centros sociosanitarios
que padecen altos porcentajes de bajas por depresión, problemas físicos
o incluso acoso moral. Sin ánimo de valorar estas afirmaciones, lo que
sí que resulta interesante es analizar la relevancia que posee en el
sector asistencial a mayores el cuidado y el respeto a todo el personal que
ejerce sus funciones en este campo, dado el enorme esfuerzo físico y
desgaste emocional que comporta.
En este aspecto, hemos de romper una lanza a favor de los principales agentes del sector privado, asociaciones, patronales, consultorías, e incluso centros asistenciales, que, durante el último año se han hecho eco de la importancia de una correcta implantación de políticas de prevención de riesgos laborales. Es fundamental tomar conciencia de la importancia de tomar medidas para cuidar al personal que atiende a los mayores y a la vez reconocer la dureza del trabajo que desempeñan.
Otro de los aspectos laborales que preocupa seriamente a los agentes tanto públicos como privados en este sector, es la falta de profesionales adecuados y preparados ( hecho del que ya hicimos referencia en un artículo sobre la falta de gerocultores en un futuro inmediato). Según un estudio realizado por Inforesidencias.com acerca de las cuestiones que más preocupan a los responsables de centros asistenciales para mayores, un 27,4% respondió la dificultad para encontrar profesionales adecuados. Esta dificultad es tanto cuantitativa como cualitativa, es decir, no sólo es difícil encontrar personas formadas para ejercer su trabajo en el campo de la geriatría, sino que más complicado es todavía seleccionar entre ellas a quiénes muestran verdadera ilusión y vocación para dedicarse a la atención a personas mayores.
Hay que decir también, que esta falta de profesionales no sólo
afecta a la figura del gerocultor, sino también a otros colectivos, como
los médicos. El pasado 22 de Abril, el diario valenciano Las Provincias,
en su edición digital, nos alertaba de la escasa disponibilidad de facultativos
en toda la Comunidad Autónoma: sólo 14 geriátras para atender
a 720.000 personas mayores de 65 años. Para hacernos una idea, según
estima el Dr. Avellana, miembro de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica,
tan sólo en valencia harían falta cerca de 70 especialista. El
déficit a nivel nacional de médicos de esta especialidad se cifra
en el entorno del 60%. En palabras del propio Dr. Avellana, una mayor presencia
de geriatras en hospitales y residencias para mayores permitiría poder
reducir el número de ingresos hospitalarios, reducir la mortalidad de
los mayores, el gasto sanitario y el farmacéutico.
Por consiguiente, y a modo de conclusión, hemos de resaltar dos hechos relevantes asociados a la problemática laboral en el sector. Por una parte es necesario el buscar nuevas vías para incrementar la oferta de profesionales de atención directa y así paliar el déficit de profesionales que ahora existe. Por otro lado es fundamental prestar cada día mayor atención al personal que ya forma parte de las plantillas de los diferentes centros con el fin de conseguir, por una parte que trabajen en las condiciones adecuadas y por otra para que no pierdan motivación ni ilusión en su trabajo diario. El éxito de un centro depende de las personas que integran su equipo, no lo podemos olvidar.,