Galicia sigue con una larga lista de espera para conseguir una plaza residencial

27/03/2019

En 2018 Galicia era la segunda comunidad autónoma más envejecida de España con 195 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, según los datos publicados por el INE. Para este año está previsto que esta circunstancia se mantenga incluso un poco más agravada.

Por provincias, Orense es la que presenta un mayor índice de envejecimiento con un 296.12 %, sigue Lugo con 269.08 %, La Coruña con 187.06 % y Pontevedra con 159.15 %. Las razones del envejecimiento de la población son al aumento de la esperanza de vida, la disminución de la tasa de natalidad y la falta de inmigración que no compensa la emigración que se produce en la comunidad.

Esta situación lleva ya un largo recorrido, no es un hecho sobrevenido, por eso resulta preocupante la falta se servicios sociosanitarios y residenciales para las personas mayores.
Residencias de ancianos en Santiago de Compostela 
 
Un ejemplo son los 93 municipios coruñeses que suman, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, 272.404 mayores de 65 años. De ellos, más de la mitad viven solos o en compañía de otras personas de su edad. Para cumplir la ratio recomendada por la Organización Mundial de la Salud —cinco camas por cada 100 mayores— serían precisas unas 13.500 plazas, una cifra muy lejana a la realidad.
 
En La Coruña, Santiago y Ferrol suman, según los datos del registro de entidades prestadoras de servicios sociales, 1343, 810 y 467 plazas, respectivamente. Muy lejos de lo recomendado, la ratio compostelana, con 3,9 camas por cada 100 mayores, despunta sobre la media gallega 3,1, que también es todavía peor.
 
 
Aunque las residencias geriátricas privadas suelen estar completas, no solo no cubren la demanda, sino que sus precios hacen que sea muy difícil para una gran parte de población acceder a ellas. No hay que olvidar que los jubilados gallegos cobran una media de 833 euros de pensión. Mientras la media de participación del usuario en un centro público ronda los 600 euros mensuales, en el caso de los privados el coste oscila entre los 1200 y los 2000 euros. Esto obliga a la mayor parte de las personas a esperar a que les concedan una plaza pública y, por desgracia, muchos fallecen mientras esperan. Solo las tres grandes ciudades coruñesas suman en este momento 618 personas en lista de espera de una plaza pública residencial.
 
 
En esta campaña electoral, la Xunta ha prometido la construcción de residencias públicas y la concertación de plazas. Esperamos que no ocurra como en otras elecciones, y esta vez se solucione este grave problema que supone una enorme pérdida de calidad de vida de las personas mayores dependientes gallegas y sus familias.

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