La Asociación Galega de Médicos Forenses celebró el día 16 de octubre en Ourense en el centro cultural Marcos Valcárcel la jornada científica que reunió a ochenta forenses gallegos, de Castilla y León y Portugal.

El intenso e interesante programa se orientó a mejorar su respuesta a las necesidades de las
personas mayores en el medio rural. Galicia es una de las comunidades españolas con un índice mayor de envejecimiento.
Ingresos involuntarios en centros geriátricos
A eso se une una población geográficamente bastante dispersa en núcleos rurales en algunos casos aislados y con escasos habitantes, lo que contribuye a la soledad de las personas mayores y a aumentar sus dificultades en cuanto acceso a sanidad y servicios sociales. No son extraños, según información proporcionada desde la Asociación los casos de internamiento involuntario de personas en centros geriátricos. Los médicos forenses deben evaluar la situación médica y psíquica y social de los ancianos. Las decisiones son difíciles cuando la persona no está incapacitada judicialmente, pero hay dudas razonables acerca de si puede seguir viviendo solo.
Siempre se plantea la duda de si debe primar la seguridad de la persona, que puede tener fallos de memoria o movilidad y eso afectar a su integridad física, o la decisión personal y autónoma de quien, a pesar de eso, quiere seguir en su casa. La tarea del forense es la de qué debe primar: la de seguridad y protección, y por lo tanto ingresar a la persona en un centro de mayores o si hay que respetar su libertad.
La incapacitación de personas mayores con demencia
En la jornada se abordaron también temas delicados, como la utilización de contenciones mecánicas en los centros para la tercera edad, con los conflictos éticos que plantea entre seguridad y privación de libertad, la incapacitación y protección de los bienes de las personas mayores, o el maltrato.
También se realizaron talleres para agilizar los procesos de evaluación en algunas de sus fases.
Enlaces de interés: