Lugo es una provincia envejecida, y en algunas zonas, está empezando a
coger tintes alarmantes, como por ejemplo en la bellísima Ribeira Sacra, donde
residen 18000 personas mayores de 65 años.
En O Courel, hay 9 personas mayores de 65 años por cada menor de 19. Pantón
y Brollón también tienen altos índices de envejecimiento. Las poblaciones de
Monforte y Chantada son las que retienen una población más joven, aunque no son
cifras como para decir que no tienen un problema.
El municipio de O Courel es el ejemplo extremo, pero sintomático de una
realidad de toda la zona sur de la provincia: en 20 años ha perdido 615 vecinos,
pasando de los 1704 vecinos que tenía en 1996 a los poco más de mil actuales. Y
lo más sintomático, solo cuenta con 41 niños menores de 15 años.
Esta realidad demográfica exige soluciones por parte de la administración
para que se pueda atender de manera adecuada a las personas mayores, pero, de
momento, parece que los servicios son insuficientes.
En esta zona, solo se cuenta con 716 plazas en residencias de la tercera
edad, una cifra insuficiente para un potencial de usuarios tan elevado. Estas
plazas se distribuyen de la siguiente manera:
- En la comarca de Chantada, con 4808 personas mayores censadas, hay un único
centro para 200 personas en la propia capital y otro de 60 en Taboada.
- En Sober funciona otra residencia, con capacidad para 58 mayores.
- En Quiroga, con 2199 personas mayores, hay una residencia con 88 plazas.
Ribas de Sil pretende construir un centro de 30 plazas, que se sumarían a las
20 plazas que hay en el centro de día.
- Por su parte, en Terra de Lemos hay 10 932 personas mayores y una
oferta de 408 plazas.
- En Cabe hay una residencia de la Xunta de Galicia para 42 usuarios, 33plazas concertadas en el sanatorio Virgen de la Luz y 155 en el centro que
funciona en la Rúa Morín, gestionado por Geriatros y el asilo San José, a cuyo
frente está la congregación religiosa de las Hermanitas de los Ancianos
Desamparados, que puede acoger a 120 personas.
Esta relación lo que muestra es la carencia que se plasma en que en el
primer trimestre de este año la provincia de Lugo tenía en lista de espera para
acceder a una plaza residencial a 1475 personas mayores.
Es una evidencia que la población de Lugo envejece a un ritmo muy superior
a la creación de servicios, por lo que lo único que puede esperarse, si no se
toman las medidas adecuadas, es que cada año la situación empeore, lo que
repercute de manera directa en la calidad de vida de las personas mayores y sus
familias. Urge crear servicios
residenciales que se sumen a los ya existentes, que también
supondrán creación de puestos de trabajo que la provincia necesita para fijar
su población.