Muchas de las personas mayores que viven en el Llar d’Ancians han cuidado de animales a lo largo de su vida, como mascotas o por haber sido su trabajo, eso hace que la visita de la asociación sea una alegría, un estímulo y una terapia. La asociación contó en esta vez con un perro mezcla de labrador y husky y con dos cerdos vietnamitas.
Las más de cincuenta personas mayores que viven en el centro residencial, la mayoría con dependencia física y algunos con demencias leves disfrutaron de la actividad, que en este caso consistió en un espectáculo de adiestramiento realizado en un pequeño escenario instalado en el patio interior de laresidencia.
Las actividades con animales ayudan de diversas maneras a las personas que viven en residencias para mayores: evocan situaciones, trabajos y recuerdos que son gratos, fomentan las relaciones afectivas, si es posible, su cuidado y bienestar puede formar parte de la rutina de los ancianos, con lo que aumenta su autoestima, su tiempo ocupado en cosas y placenteras y la sensación de útil.
Ya hemos hablado en ocasiones en Inforesidenciassobre el tema de tener mascotas en las residencias geriátricas, o de cuidar animales domésticos en los propios centros en granjas que llevan los propios usuarios. Numerosos estudios avalan los beneficios tanto físicos como psíquicos de tener un animal de compañía, a alguien a quien cuidar, para las personas mayores.