A este dato hay que sumar el aumento de la esperanza de vida, que se sitúa a los 83,8 años de media en 2016, datos similares a la media española. Lasmujeres riojanas superan la media nacional y regional con una esperanza de vida de 86,4 años frente a los 81 años de media en los varones.
Como en el resto del mundo desarrollado, La Rioja experimenta un paulatino
envejecimiento de la población motivado por el aumento de la esperanza de vida
y las bajas tasas de natalidad que le lleva a estar por encima de la media del
Estado: la región contabiliza 130 mayores de 64 años por cada 100 menores de
16, cifra que supone un máximo histórico, mientras que la media en España es de
116 mayores por cada cien menores de 16 años.
La realidad alarmante constata que La Rioja pierde población cada año a razón de más de mil habitantes al año, lo que en una comunidad que ronda los 313 000 es mucho, y que la que queda está cada vez más envejecida. Otro efecto de la marcha de habitantes y del envejecimiento es la pérdida de población activa.
La perspectiva, a no ser que se produzca un cambio en los datos de saldos migratorios o en la tendencia del crecimiento vegetativo, es que estas cifras empeorarán.
La proyección del Gobierno de la Rioja, como muestra en su Agenda para la Población de la Rioja 2030 analiza los datos y presenta un retroceso demográfico notable que deriva del descenso de la natalidad; del descenso de población joven que emigra y que cuando no lo hace se emancipa tarde; a que el saldo migratorio es negativo, pues la llegada de nuevos habitantes no compensa la marcha de los que salen; a la distribución irregular de la población y el abandono del medio rural, de hecho la mayor concentración de población se da en Logroño y su entorno, mientras que 132 localidades no superan los quinientos habitantes y solo diecisiete registran diez o más nacimientos por cada 1000 habitantes, y a la alta esperanza de vida y envejecimiento.
El Gobierno de La Rioja ha incorporado en los presupuestos generales de La Rioja deducciones fiscales dirigidas a las familias y al ámbito rural, iniciativas para mejorar la conectividad de los núcleos rurales y mantiene servicios de transporte rural y el Fondo de Cooperación Local. Sin embargo, parece que se precisa mayor esfuerzo: primero en políticas de empleo y de estímulo para que la población joven se mantenga y se atraiga a nuevos pobladores algo más intensas que las que hay, y segundo en implementar los recursos que una población creciente de personas mayores precisa: médicos,residenciales, sociales, servicios especializados…
Las políticas de envejecimiento activo y la habilitación de recursos sociosanitarios son fundamentales tanto para los mayores que viven en sus casas como para los que lo hacen en residencias de tercera edad en Logroño y el resto de la Comunidad.