La primera residencia de mayores LGTBI de España

17/06/2021

La residencia de mayores Josete Massa es pionera en nuestro país en la creación de un espacio residencial para personas mayores que forman parte del colectivo LGTBIQ+. Además de residencia, ofrecen un servicio de centro de día especializado en el colectivo y en las necesidades con las que acuden.

La residencia se encuentra en la calle del Arroyo Bueno, en el distrito madrileño de Villaverde. Anteriormente, este edificio era una antigua residencia de unos 3300 metros cuadrados y con una capacidad de 66 plazas. Actualmente, tras la reforma y la habitabilidad del mismo, esta pública e inclusiva residencia LGTBIQ+ ofrece 62 plazas para residentes y 15 para el centro de día.

Gracias a la actuación y al trabajo de la Fundación 26 de diciembre, la Comunidad de Madrid cedió este edificio a la Fundación de acuerdo con la Ley 3/2016, de 22 de julio, de Protección Integral contra LGTBIQ+fobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual en la Comunidad de Madrid.

Este espacio permite una mayor inclusión y comprensión para estas personas mayores que conforman el colectivo LGTBIQ+. Si bien existen numerosos estudios que demuestran los numerosos efectos del envejecimiento en nuestra salud mental y emocional, estas también se ven remarcadas en el colectivo. La soledad y el aislamiento son dos rasgos destacados en la población anciana y, por desgracia, no son diferentes con respecto a los del colectivo. Al envejecer, fuman más (un 8 %), se someten a un mayor riesgo de padecer depresión (un 32 %, en el que prevalecen las mujeres lesbianas y trans). Además, el hecho de «salir del armario» y comunicarlo a las familias generó hasta un 59 % de rechazo por parte de estas.

En esta residencia madrileña y abierta a cualquier persona, se identifique como se identifique, acoge a estos ancianos y ancianas (o ancianes) a formar parte de una comunidad en la que prevalecen sus valores y son aceptados, además de recibir un trato de cuidados, atenciones y salud. 

Una recompensa y un reconocimiento para aquellas personas que, en el siglo pasado, tuvieron que ocultar sus verdaderas identidades y se sintieron reprimidos, pero que, gracias a la Fundación 26 de diciembre, pueden compartir su esencia siendo ellos mismos, ellas mismas y elles mismes.

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