El próximo 26 de diciembre, una fecha especial ya que se conmemora el 40 aniversario de la modificación Ley 16/1970 sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social y se dejó de considerar a las personas homosexuales como personas peligrosas solo por su orientación sexual, entrará en funcionamiento en Madrid la primera residencia para la tercera edad especial para personas LGTB.

La Fundación 26 de diciembre tiene como fines la
atención residencial especializada a personas mayores lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB), preferentemente, por medio de la construcción o adecuación de espacios físicos adaptados a sus necesidades tanto físicas, psicológicas y emocionales como sociales: la obtención, por medio de estudios sociológicos e iniciativas y actividades para la reflexión abiertas a la sociedad en general, una mayor visibilidad del colectivo de Mayores LGTB, hoy día invisible; construir, buscar y fomentar espacios físicos y sociales, así como actividades, adaptadas y pensadas para el colectivo de Mayores LGTB, que sirvan para el ejercicio de su tiempo de ocio, viajes y cultura; y velar por el logro de los derechos y dignidad del colectivo de Mayores LGTB.
En España se ha avanzado mucho en cuanto a los derechos de las personas LGTB; sin embargo,
todavía subsisten obstáculos y prejuicios que si para los jóvenes son difíciles, para las personas de más de 60 años pueden ser insalvables. En las residencias geriátricas, por razones culturales, de formación o de tradición intolerante, las personas mayores LGTB sufren un fuerte rechazo por parte de sus compañeros.
Sin embargo, surgen soluciones, y una de ellas es la primera residencia pública LGTB del mundo. La residencia es un proyecto de la Fundación 26 de diciembre y se presenta como una alternativa a los centros tradicionales donde el resto de
residentes, que no los trabajadores, vienen de una educación de fobia a las personas LGTB.
Se trata de evitar el aislamiento que muchas personas mayores LGTB sufren en sus últimos años, sobre todo cuando concurren situaciones de
dependencia, y a la vez, construir un espacio de diversidad y respeto a la diferencia para que los últimos años de estas personas sean dignos y dispongan de los cuidados adecuados.
La residencia tiene 66 plazas y está en un edificio del barrio de Villaverde donado por la Comunidad de Madrid.
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