Es estudio analiza los dos tipos de memoria que tenemos y que se van deteriorando con el envejecimiento: la memoria de trabajo y la memoria episódica. La primera se ocupa del almacenamiento y manipulación mental de la información, la segunda se vincula al recuerdo de experiencias personales.
La investigación se ha publicado en la revista Frontiers in Human Neuroscience y señala que incluso en edades
avanzadas, el cerebro tiene diversos grados de plasticidad.
La mitad de las personas mayores se entrenó durante quince sesiones con distintos videojuegos dirigidos a ejercitar la memoria de la plataforma Lumosity. La evaluación de las capacidades cognitivas se realizó en tres ocasiones: antes y después del entrenamientos con videojuegos y al cabo de tres meses.
Las tareas diseñadas para medir el funcionamiento de ambos tipos de memoria consistían en diversas pruebas como el test de cubos de Corsi, un test de retención de dígitos y tareas con puzles, entre otras.
Los participantes que recibieron el entrenamiento previo mejoraron su habilidad en los videojuegos, como es natural, pero además obtuvieron mejor puntuación que el grupo de los no entrenados en la mayoría de las tareas destinadas a evaluar las funciones cognitivas. El chequeo realizado a los tres meses demostró que el mayor rendimiento alcanzado por este grupo se mantenía en el tiempo.
Nos parece en extremos interesante que una actividad como el videojuego contribuya al mantenimiento de la memoria de las personas mayores, pues reúne casi todas las características que contribuyen a un envejecimiento activo: se puede hacer solo o en grupo, conecta con todo tipo de personas, sobre todo jóvenes, usa las nuevas tecnologías, crea vínculos, es satisfactorio, ejercita la mente…Y se puede jugar desde casa, desde los centros de mayores, las residencias geriátricas, o en la sala de ordenadores de la biblioteca del barrio. Esperamos que tras este artículo, algunas personas mayores se conviertan en gammers y nos cuenten su experiencia.