La pandemia provocada por el coronavirus ha motivado profundos cambios en la atención a las personas mayores para adaptarse a la nueva situación. David Curto explicó cómo plantearon en Sanitas Mayores la gestión de la pandemia y los cambios que se implementaron.
Lo primero que expuso fue que en Sanitas Mayores se han analizado las condiciones en las que los usuarios ingresan en las residencias, que son cada vez más frágiles y con más patologías. Esto genera más necesidades en los centros que, a su vez, deben buscar resolverlas. Según constató, un 40 % de los usuarios de Sanitas mayores presentan problemas de deterioro cognitivo y se ha observado un aumento de la cronicidad.
Cuando se declaró la pandemia, en marzo de 2020, en Sanitas Mayores se definieron cuatro focos de actuación: el primero fue la seguridad, tanto de los profesionales como de los usuarios. Así, se desarrollaron nuevos protocolos y se formó a los trabajadores en el uso de la aplicación propia del grupo, en el manejo de los usuarios en la nueva situación y en la utilización correcta de los EPI. Se optó por la sectorización de los centros y seguir las indicaciones de la OMS, como el lavado de manos; mantenimiento de la distancia; el uso de EPI y el control de las visitas.
Para minimizar el impacto de la limitación de las visitas, tanto en los usuarios como en los familiares, Sanitas utilizó recursos como la utilización de distintos dispositivos desde los que utilizar propia aplicación de comunicación, videollamadas y otros recursos.
El segundo foco fue la medicalización de las residencias. Se generalizaron los test, tanto PCR, como de antígenos y serológicos. En cuanto a la atención sanitaria, se incorporó la atención médica 24 horas, aunque no necesariamente de forma presencial, y utilizando a los propios profesionales del grupo. También se formó a los profesionales en el uso correcto del oxígeno.
El tercer foco fue la digitalización y el desarrollo de nuevos dispositivos. Uno de ellos fue las videoconsultas 24 horas «para evitar o retrasar las derivaciones», detalló David Curto, de los pacientes. También se usaron dispositivos de detección de caídas, úlceras, medición de constantes, temperatura, etc. Todo ello para conseguir un diagnóstico lo más rápido posible. Segú Curto, la digitalización fue clave para prevenir de úlceras, sobremedicación, polifarmacia, etc. y el tratamiento de secuelas por el inmovilismo, las alteraciones vasculares, etc. tanto de los usuarios como de los profesionales.
El cuarto foco se centró en la personalización de los cuidados. «Pensar siempre en la persona y cuidarle y hacer más felices sus últimos años».