Uno de los dilemas que afrontan los futuros usuarios de residencias de la tercera edad o sus familiares es, cuando hay la posibilidad de elegir, si será mejor una residencia pequeña, que parece garantizar un trato más cercano y personal o una de mayor tamaño que se suele pensar que dispone de más servicios de atención médica o de actividades.
Este pensamiento es un lugar común que no tiene porqué cumplirse y las ideas preconcebidas suelen ser desmontadas por la realidad. Por eso es importante pensar desde dos vertientes: la de las necesidades de la persona y la de los servicios que ofrece la zona en donde va a vivir, pues hay mucho sitios donde la opción de elegir no existe.
Siempre crea inquietud tomar decisiones que afectan a nuestro futuro o al de otra persona, por eso, cuantos más datos tengamos más seguros estaremos de que acertamos con los planes.
Remendamos consultar el enlace.
En él se aportan datos técnicos y de interés, siempre teniendo en cuenta que para la decisión final habrá que tener en cuenta muchos factores. Es conveniente visitar la futura residencia, hablar con responsables, trabajadores y usuarios y, sobre todo, conocer las necesidades y preferencias de quien va a vivir allí.
La seguridad absoluta de acertar no se tiene en ninguna decisión importante de la vida pero, en este caso, disponer de datos y referentes pueden dar las claves de una estancia grata y de calidad en la residencia de mayores que se está buscando.