Los síntomas más frecuentes, comunes para personas jóvenes y de la tercera edad son el lagrimeo, picor de los ojos y estornudos. Sin embargo, en edades avanzadas, la piel y los ojos presentan mayor sensibilidad, por lo que estos síntomas pueden parecer más intensos y ocasionar en las personas mayores rinitis, que ocasiona congestión nasal, rinorrea acuosa y estornudos, síntomas oculares como conjuntivitis alérgica, picazón ocular, lagrimeo y rojez.
Las alergias graves pueden causar dificultad respiratoria, mal funcionamiento del corazón y descenso de la presión arterial, lo que se conoce como anafilaxia. Aunque no suele ser habitual, es recomendable vigilar la evolución de los mayores ante los tratamientos alérgicos.
Si nunca antes la persona mayor ha sido alérgica, pero observamos síntomas como picor de ojos o nariz, sensación constante de ahogo, enrojecimiento de la piel, moqueo y congestión nasal, lagrimeo… podemos sospechar que estamos ante un caso de alergia, que se puede confirmar con una exploración médica sencilla.
Cada año aumenta el número de alérgicos, por lo que no es extraño que se manifieste sin que se haya presentado antes. Si la persona mayor sufre episodios de alergia todos los años, el cuidado y la medicación son fundamentales.Tener alergia es inevitable, pero se pueden aminorar los síntomas y, con ello, mejorar la calidad de vida.
En primer lugar están las vacunas. Para personas ya diagnosticadas, las vacunas de la alergia tienen una tasa de éxito de entre 70 % y 80 %, por lo que merece la pena vacunase.
Para prevenir, vale la pena entrar en una página web que informa del nivel de polen en diferentes provincias de cara a determinar dónde se pueden tomar medidas. Las cosas pueden cambiar día a día y el nivel de polen puede ser alto en Almería o en Pontevedra.
Otra medida sencilla y barata es no salir a pasear a primera hora del día ni al final de la tarde. Estas horas son en las que el polen se extiende con más facilidad, mientras que a mediodía tiende a subir a capas más altas de la atmósfera debido al calor.
Por tanto, se debe salir a pasear cuando menos polen hay en el aire. Este horario será el que se empleará para ventilar las habitaciones, así se evitará que entre polen en la vivienda y, además, se mantendrán las ventanas abiertas no más de 10 minutos. Para atrapar el polen que haya entrado en casa de manera eficaz se empleará una aspiradora o bayetas húmedas, que atraparán mejor el polvo y se evitará sacudir cojines, tapetes... para no esparcir los posibles granos que pudieran detener.
Y, por último, debe evitarse ir a parques o jardines donde plantas que estén en plena polinización, especialmente por las tardes. Debe evitarse especialmente el césped y las zonas con plantas a las que se es vulnerable, es decir, se puede ser alérgico a las gramíneas o a las coníferas o a las dos.