Algo que los empresarios han considerdo novedoso en Asturias ha sido una reunión en la que, durante unos minutos la consejera y durante dos horas los inspectores de servicios sociales, han podido intercambiar pareceres con aquéllos a los que inspeccionan.
Asturias, sumida en plena campaña electoral, tendrá que esperar un poco a saber cuáles serán sus prioridades (como mínimo hasta que se forme el nuevo gobierno). Aún así, sea quien sea quien gobierne, los inspectores seguirán siendo los mismos por lo que en encuentro es positivo.
Segñun Ana Gil, presidenta de ACASECEMA, algunosde los problemas que tiene el sector asturiano son la existencia de un 10% de plazas vacías, un precio de concertación de 1.400€/mes que se situa por debajo de los costes, la falta de criterios homogéneos por parte de la inspección a la hora de evaluar.
La información que leemos en La Nueva España, acaba con una frase que podría ser fácilmente replicable en otras comunidades autónomas: La paradoja es que con casi diez mil personas en las listas de espera de la dependencia en Asturias haya habitaciones libres en los centros residenciales. Hoy en día unos 4.900 asturianos están pendientes de que se les haga el plan individualizado de atención, el PIA, mientras que otros 5.400 aproximadamente esperan la concreción y la concesión de las prestaciones a las que tienen derecho.