El envejecimiento de la población en España exige que los servicios y prestaciones que se dedican a su bienestar aumenten en la misma medida que crece la población mayor de 65 años. La consecuencia lógica de que aumente la demanda de servicios residenciales específicos es que también aumente la perspectiva de negocio de las empresas que se dedican a gestionar estos equipamientos.
En España se da ya un desequilibrio entre la oferta y la demanda. Hay un déficit de plazas que corre el riego de hacerse crónico. De hecho, desde 2010 hasta hoy se han creado unas 30 000 plazas en
residencias geriátricas, cuando se calcula que se necesitarían unas 100 000 más. En España, tenemos 4,3 camas por cada 100 habitantes
mayores de 65 años. Esta cifra está por detrás de otros países europeos que es de 4,6, y más lejos de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, que es cinco camas por cada 100.
La consultora inmobiliaria
CBRE ha elaborado un informe en el que constata que los ejercicios 2017-2018 han sido de consolidación de la promoción residencial y espera que, al menos durante los próximos tres años, la tendencia del sector siga siendo positiva. De hecho, entre 2015 y 2017 se han registrado operaciones corporativas por valor de más de 2000 millones de euros y están entrando en el negocio inversores inmobiliarios tradicionales.
El informe indica que el mercado español de las residencias geriátricas sigue estando muy atomizado, con siete grandes grupos principales que solo tienen el 17 % del total de camas. Sin embargo, las grandes empresas del sector se encuentran inmersas en procesos de expansión, mientras que las más pequeñas a están cerrando sus centros o son absorbidas por las primeras.
También hay un creciente interés del capital extranjero.
DomusVi, líder con más de 22 000 camas en 119 residencias, surge en 2014 de la compra de Geriatros y SARquavitae por parte de un fondo francés que en 2017 vendió su participación a un fondo británico. El segundo grupo en número de camas,
Orpea, también de origen francés, tiene entres sus accionistas un fondo de pensiones de Canadá. Por su parte,
Vitalia, la tercera empresa del sector, está participada en más del 80 % por la firma de capital riesgo española Portobello Capital. La tendencia es que las residencias pequeñas vayan desapareciendo.
Según el informe, para 2030 se necesitarán 200 000 camas adicionales y 400 000 para 2050, puesto que se prevé que en los próximos que en los próximos 12 años la población mayor de 65 años pase de un 19% a un 25%.
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