Los problemas para afrontar un futuro en el que aumentan los años de vida tras la jubilación son varios y de no fácil solución: se vive más años y, a pesar de ser una buena noticia, esto conlleva una alta probabilidad de mayor dependencia y necesidad de apoyos para las tareas cotidianas; las pensiones no cubren los gastos y mucho menos permiten actividades de ocio; escasez plazas en residencias geriátricas; retraso en la adjudicación de servicios de dependencia, etc. Además, las familias en muchos casos ya no son la red que garantizaba la atención a las personas.
Las entidades financieras, las empresas que prestan servicios a las personas mayores y la propia sociedad están generando soluciones que permiten aumentar las rentas o formas de convivencia alternativa. Jubilarse entre amigos, alquilar o vender la casa, son algunas de las opciones.
Casi el 80 % de los españoles son propietarios de una vivienda. Sacar rendimiento al patrimonio inmobiliario para completar la jubilación es una alternativa que cada vez tiene más partidarios.
Hay varias opciones en la actualidad: ceder la vivienda a cambio de un fondo o de una mensualidad a una empresa que la alquila y con el dinero obtenido costear la residencia geriátrica; convertir propiedades o acciones en rentas vitalicias; o vender la casa pero mantener el usufructo tras un acuerdo notarial.
Y luego está la vivienda colaborativa, covivienda o cohousing. Esta modalidad cada vez es más atractiva para las personas próximas a la edad de jubilación. Se trata de promociones inmobiliarias autogestionadas con apartamentos individuales y con el resto de servicios comunes, incluidos los sociosanitarios.