Las fiestas de Navidad no siempre son bienvenidas cuando tenemos en nuestro
entorno una persona con alzhéimer. A los recuerdos emotivos, que se hacen
particularmente difíciles, se unen situaciones que pueden alterar a las
personas afectadas y tanto ellas como quienes están a su lado sufrir un extra
de ansiedad y estrés.
Puede darse situaciones variadas, que la persona con alzhéimer viva con su
familia y en esas fechas se viaje o que acuda más gente a casa, aumenten las
celebraciones con el consiguiente ajetreo e incluso la decoración navideña sea
causa de alteraciones; que viva en una residencia para mayores y se traslade
durante las fechas al domicilio familiar, con la consiguiente desubicación; o
que se quede en la residencia para mayores, lo que no deja de ser un trago duro
para ella, si conserva consciencia de las fechas y de su situación y para su
familia, que no puede compartir las celebraciones.
Para aquellas que van a estar con su familia la Fundación Pasqual Maragall se ofrece
una serie de recomendaciones
para que la Navidad sea un tiempo en el que familiares, cuidadoresy enfermos puedan disfrutar.
Lo primero que debe hacerse es
informar familiares y amigos del
estado de la persona y proporcionarles unas
pautas básicas para que se comporten con el enfermo con naturalidad y sin
temor. Entender, asumir, comprender, permanecer tranquilos, dirigirse la
persona de uno en uno… mitiga las posibles incidencias que se puedan producir, pues
todos sabrán que son fruto de la enfermedad.
Es aconsejable implicar a los
niños en las celebraciones y animarles a que se relaciones con la persona mayor
afectada con naturalidad. Será beneficioso para las dos partes.
Debe haber un espacio para lapersona enferma al que esta se pueda retirar si está cansado, nervioso o quiere
estar sola. También es bueno tener prevista alguna actividad que sepamos que le
agrada y relaja.
La persona cuidadora debe
también intentar relajarse y disfrutar, debe solicitar ayuda para preparar las cenas y
celebraciones e involucrar a los familiares y amigos para que estén pendientes
de la persona enferma mientras ella hace la compra, se relaja...
Si la familia tiene alguna
tradición como cantar villancicos, hacer determinados regalos en un determinado
día, comer siempre un mismo plato… debe mantenerse, es importante para todos
incluida la persona con alzhéimer.
Si se
produce un comportamiento inadecuado debe
actuarse con naturalidad e intentar distraer al enfermo para que centre su
atención en alguna otra cosa.
Si no hay visitas familiares, porque así se decide, porque la circunstancia
lo aconseja o por el motivo que sea, no debe dejarse de celebrar, si ese es el
deseo.
Se puede decorar la casa, poner las luces y el belén con la ayuda de la
persona enferma. No hay que privarse de platos típicos, turrones, mazapanes ni
brindis.
Se puede y se debe afrontar el momento con
positivismo y alegría. Vivir el presente con buen ánimo no solo será bueno para
cuidadores y familiares, sino que hará más fácil que nuestro familiar se
contagie y también lo haga.