Consejos para aumentar la autoestima en personas de la tercera edad

11/03/2022

A medida que van envejeciendo, es frecuente que muchas personas pierdan la autoestima; sus sentimientos de control y confianza pueden verse alterados debido a los cambios en su vida. Hemos de tener en cuenta que no solo ha de atenderse a la salud física de los ancianos, sino que la mental cobra un papel de gran relevancia. De este modo, ayudar a las personas mayores a aumentar su autoestima puede traducirse en una vida más feliz y potenciar su bienestar.

Algunos resultados de estudios, muestran la conexión que se da entre autoestima y salud en general en cualquier etapa de nuestra vida, aunque por lo general, es el sector de los ancianos el más propenso a tener una baja autoestima. Algunas investigaciones señalan que la pérdida de esta última en las personas de la tercera edad se puede deber a factores como la muerte de un cónyuge o de amigos, una enfermedad que les hace sentirse frágiles o vulnerables, la jubilación de un trabajo importante para ellos, o incluso vivir con un ingreso fijo. 

¿Cómo podemos aumentar la autoestima de las personas de la tercera edad?

  • Favoreciendo la socialización. El ser humano es por naturaleza un ser social; independientemente de la edad que tengamos, estar rodeados de familiares y amigos y mantener fuertes estas conexiones tiene un efecto positivo en nuestro estado de ánimo; aumenta la felicidad y la autoconfianza.
  • Alejarse de estereotipos negativos. En ocasiones, la vejez puede verse con malos ojos, como un deterioro negativo. Es importante mostrarnos positivos respecto a este tema en presencia de nuestro ser querido mayor.
  • Trabajando la fuerza y el equilibrio. Como ya veníamos comentando, algunos ancianos pueden sentirse frágiles a estas edades, ya sea porque padecen alguna enfermedad, o porque con el paso de los años nuestro cuerpo no es capaz de ejecutar ciertas acciones con la misma facilidad que cuando éramos jóvenes. Una buena opción puede ser animar a los ancianos a asistir a clases de gimnasia —siempre supervisados por personas especializadas, velando por su seguridad— de modo que puedan adquirir mayor agilidad y equilibrio, aumentado, por ende, su autoconfianza.
  • Hacerles sentir valiosos. Los ancianos, con la experiencia que han ido adquiriendo a lo largo de su vida, son fuentes de sabiduría. Pedirles consejos, interesarnos por su opinión o pedirles ayuda para solucionar algún problema, por pequeño que sea, los hará sentirse útiles y tener un objetivo.

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