En diferentes lugares y con distintas filosofías están surgiendo iniciativas que persiguen solucionar varios problemas en una única actuación. Se trata de que estudiantes universitarios vivan en casas de personas mayores de forma que, a cambio de apoyo y compañía, éstas últimas dén alojaiento gratuito o a precio reducido.
A partir de esta idea han surgido diversas variantes que tienen su interés. Existen empresas privadas que intermedian entre mayores y estudiantes de forma que la relación entre éstos sea la de un "alquiler de habitación" mediando un precio. En otros casos son las propias universidades, como la de Málaga, la que, sirven de punto de encuentro entre personas mayores y estudiantes de forma que se resuelva el problema de los jóvenes de municipios distantes que no pueden pagarse una residencia o un piso. En ese caso, el estudiante no paga por la estancia (sí por su manutención) y la persona mayor recibe cien euros al mes de forma que queden compensados los gastos adicionales que se le deriban del hecho de dar acogida al joven (más sobre este programa)
La experiencia llevada a su mayor nivel la encontramos en el programa Vive y Convive de Caixa Catalunya. Una experiencia implantada en la actualidad en ocho comunidades autónomas y que forma parte de la red internacional de vivienda compartida, Homeshare International, que agrupa experiencias de todo el mundo a través de una web. Lo que hace único al programa Vive y Convive no es tanto el hecho de que dén apoyo económico a la persona mayor (100€/mes) y al estudiante (400€/curso) sino la gran implicación de profesionales que utilizan tanto en la selección de candidatos como en el seguimiento durante el curso. Así, desde el inicio del proceso de selección y hasta el final del curso académico, un equipo de profesionales (psicólogos y trabajadores sociales) presta apoyo tanto a la persona mayor como al estudiante para que la convivencia sea óptima. Periódicamente, se realizarán visitas de seguimiento al hogar y reuniones personales con ambos participantes.
Durante los meses de mayo y junio pasados la Fundacion Viure i Conviure de Caixa Catalunya organizó unas jornadas sobre envejecimiento positivo y calidad de vida en las que se trató del programa Vive y Convive en Badajoz, Madrid, Valencia y Palma de Mallorca. Durante la jornada, una pareja formada por una persona mayor acogedora y un estudiante que convive con ella, explicaban en primera persona su experiencia. En las cuatro ciudades, cuando se abría el turno de preguntas se produjeron casi exactamente las mismas. Por un lado, qué pasa si la persona mayor vive en un piso alquilado (ya que se podría considerar que esta subarrendando y por consiguiente podría arriesgarse a perder el piso), la respuesta es tranquilizadora, en estos casos de ninguna forma hay "realquiler" ya que no hay contrapestación y la persona está en un program en el que participa el Ayuntamiento, la Universidad y una fundación. La otra pregunta coincidente era qué pasa cuando en verano el estudiante vuelve a su casa. Si la pesona mayor se ha acostumbrado a la compañía y a la seguridad que le da saber que tiene a alguien en casa ¿no es malo que se quede sola después? la respuesta vino dada por las propas personas mayores que asistían a los actos: casi siempre, antes del programa vivían solas por lo que saben manejarse, no ven ningún problema en estar solas un par de meses al año y, además, ellas también se van de vacaciones con su familia u otras personas.
En resumen, unas buenas iniciativas para paliar la soledad de unas personas y necesidad de alojamiento de otras. No hablamos de dependencia y, quizá en el futuro se pueda ampliar el espectro de edad de los "acogedores", pero, sin duda es positivo.