Uno de estos robots es el Asimo de Honda, que es un humanoide autónomo que apaga las luces y ayuda a dar de comer. Otro es el Robobear con inteligencia artificial y brazos grandes que posibilitan el cuidado de personas con discapacidad física. ApriAttenda en otro robot que dispone de un sensor visual que identifica a la persona y de otro ultrasónico que identifica obstáculos y le permite evitarlos mientras sigue en contacto visual con la persona. Si esta se pierde, el robot se comunica con una llamada, también envía imágenes a la familia o persona cuidadora para mantenerla informada de lo que ocurre en el hogar mientras el anciano está solo.
Grandes compañías automovilísticas como Toyota u Honda Motor consideran que el envejecimiento de la población provoca que las ventas de coches bajen, por lo que el negocio del futuro está en el desarrollo de tecnología con inteligencia artificial especializada en el cuidado de la tercera edad, rehabilitación, etc.
No sabemos si el futuro de las personas mayores pasa por estar en manos de los cuidados de robots. Es cierto que pueden ayudar en muchas tareas no solo en los domicilios, sino también en las residencias geriátricas y centros de día, en los que son un soporte importante para los cuidadores en algunas ocasiones.
Sí sabemos que debemos aprovechar toda la ayuda que nos preste la tecnología para poder dedicar más tiempo a las relaciones personales, al fomento del ocio, al cuidado emocional, etc., es decir, dedicar esfuerzo y tiempo a la calidad humana que nunca será sustituida por la «calidad robótica».