«Todo comenzó cuando mi abuela, de 83 años de edad, sufrió
un ictus. Hasta entonces ella siempre había sido muy activa y coqueta y, tras
su estancia en el hospital, tuvo que aprender a convivir con medio cuerpo
paralizado. Trabajó muy duro en la fase de rehabilitación y fue precisamente
durante este proceso donde percibí que la imagen es muy importante para seguir
adelante. Tuvimos que transformar unos pantalones con cremallera interior para
facilitar la tarea de vestirse. Sin embargo, a ella le hubiera gustado
encontrar prendas adaptadas en tiendas locales o especializadas sin estilo
"ortopédico”.
»Una actividad cotidiana como el vestirse puede volverse una carrera de fondo cuando se convive con enfermedades que limitan la movilidad. El ictus o la demencia son enfermedades que generan la necesidad de recibir diferentes tipos de ayuda o asistencia para la vida diaria. Y es aquí donde la ropa adaptada puede ayudar a la persona afectada, a su familia y a sus cuidadores a mantener las rutinas diarias sin olvidar que la persona afectada no debe perder su dignidad y estilo personal.
»La indumentaria nos representa, forma parte de nuestra personalidad y transmite toda nuestra esencia. Por ese motivo, en mi proyecto Happy Design for Life parto de la premisa que las prendas no han de ser simplemente funcionales y confortables sino que deben acompañarles la variedad estética y la accesibilidad».
Hoy en día una persona mayor de 65 años tiene dificultad de encontrar una prenda de vestir que sea cómoda y moderna. Es relevante destacar que en Europa el envejecimiento de la población ya es tendencia. La sorpresa viene cuando, mientras realizo el estudio de mercado, encuentro un nivel de desarrollo mínimo en cuanto a ropa adaptada a nivel mundial.
En el estudio utilizó distintos métodos, entre ellos:
An introduction to Design Thinking del The Institute of Design at Stanford: una guía de proceso que consta de cinco etapas: enfatizar, definir, idear, prototipo y test. Siendo una convergencia de múltiples métodos sobre las mismas preguntas de investigación «método de triangulación» para obtener o corroborar evidencias desde varios ángulos o perspectivas. De esta forma se asumen desafíos de diseño de una manera mucho más fluida y cíclica.
El segundo método utilizado es DART model (Driver Analysis-Reading Trends) del The Danish Design School un nuevo método para organizar la intuición. Con el resultado output: Las mujeres mayores no pueden encontrar ropa adaptada en tiendas normales o especializadas.
El resultado del proyecto concluye con una colección de diseños funcionales y modernos, facilitando la autonomía en el vestido al usuario final al mismo tiempo que una dosis de autoestima. El material empleado permite que el tiempo invertido en su limpieza sea mínimo y que los usuarios no tengan que experimentar la desagradable sensación de humedad ante las manchas. No cabe duda de que la indumentaria es un factor más para la inclusión o la exclusión social y de autonomía personal.
Para más información y contacto: https://happydesignforlife.wordpress.com.
Sin duda una interesante e inclusiva iniciativa para todas las mujeres, hagan vida social en la calle, en la residencia de ancianos donde vivan, en los centros de mayores… o donde deseen.