El estudio demuestra el potencial de utilizar
escáneres de alta resolución de la retina para buscar placas de beta-amiloide
en pacientes vivos, lo que evitaría detectarlas por medio de una tomografía por emisión de
positrones (PET) y análisis del líquido cefalorraquídeo, que son métodos
invasivos y más costosos.
La investigación se inició en 2010, año en el que estos mismos investigadores publicaron un artículo que mostraba la existencia de placas específicas de alzhéimer en la retina humana, y demostraron, a través de un dispositivo oftalmológico específico, la capacidad de detectar placas individuales en ratones vivos.
Tras adaptar la tecnología para que pudiera usarse en modelos humanos, se iniciaron varios ensayos clínicos en Estados Unidos y Australia.
Los resultados han permitido identificar marcadores beta-amiloides mediante la autoflourescencia, establecer comparaciones y observar su ubicación.
Los avances en el diagnóstico precoz son la gran esperanza para lospacientes venideros. El envejecimiento de la población obliga a una planificación e inversión en recursos sociosanitarios como residencias geriátricas o centros de día que ofrecen cuidados específicos, y ofrecer avances en el diagnóstico y tratamiento es clave para poder hacerlo con criterios de calidad y eficacia.