En el estudio han participado investigadores de Estados Unidos, Reino Unido, Puerto Rico, Canadá y Australia, y es un análisis del ensayo Comparative Effectiveness Dementia & Alzheimer's Registry (CEDAR) iniciado en Weill Medicine en 2015.
Es un hecho que dos tercios de las personas que padecen alzhéimer son mujeres. Esto se debe fundamentalmente a la mayor esperanza de vida de ellas, por lo que es natural que estas presenten una mayor incidencia de la enfermedad, pues llegan a edades avanzadas en mayor número. En el estudio se vio que además de alzhéimer, también en las mujeres aumentaba el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular.
Sin embargo, que la tasa de riesgo de padecer alzhéimer sea el doble en la mujer no parece que se explique solo por la longevidad. Hacen falta estudios que diferencien por sexos la evolución de la enfermedad, por ejemplo, algunas pruebas indican que las hormonas sexuales, como los estrógenos, y los ciclos hormonales influyen en la evolución de la enfermedad, pero no se sabe bien cómo ni por qué.
El estudio también muestra que las intervenciones individualizadas y la prevención mejoran la cognición y reducen el riesgo de padecer alzhéimer tanto en mujeres como en hombres. Es decir, aunque haya más mujeres afectadas, la prevención mejora los índices en los dos sexos, sin diferencias entre ellos. Sin embargo, las mujeres demostraron mayores mejoras en la puntuación de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Es necesario abordar el estudio de la prevención y tratamiento del alzhéimer en hombres y mujeres más allá de la longevidad, y pensar en otros factores que puedan intervenir en la diferente incidencia que presenta para cada sexo.
El deterioro cognitivo que lleva a la dependencia es una de las causas de ingreso más frecuentes en residencias geriátricas.