Con las debidas cautelas, nos hacemos eco de algunas de estas teorías, pues algunas son una genuina y esperanzadora muestra de que enfermedades como el alzhéimer son objeto de investigación continuada.
En esta caso, nos referimos a una investigación dirigida por la doctora Sudha Seshadri, profesora de neurología de la Boston University School of Medicine Universidad de Bostón e investigadora del The Boston Alzhéimer’s Disease Center, en la que han participado 2457 personas con una media de edad de 72 años.
Los participantes en el estudio respondieron cuestionarios en los que se les preguntaba sobre sus hábitos de sueño. El estudio se prolongó durante 10 años en los que se siguió a estas personas para detectar los casos de demencia, y en especial de alzhéimer. El objetivo era contrastar datos para realizar una estadística que pudiera relacionar las horas de sueño con la aparición del alzhéimer.
Estos estudiosos precisan que no se trata de que dormir en exceso provoque cambios a nivel cerebral que favorezcan el desarrollo de demencia, sino que es el exceso de sueño lo que podría constituir un síntoma de que en el cerebro se están produciendo cambios que pueden desembocar en ella.