Si se analiza el tema físico, el 80 % nota cansancio o fatiga y sufreestrés, el 76 % presenta dolores osteoarticulares y de espalda, la mitad
tiene insomnio y casi un 40 % presenta dolor de cabeza.
En cuanto al estado anímico, un 73 % de sufre frustración e impotencia, el 61 % ansiedad, irritabilidad o enfado, el 57 % depresión o tristeza, el 35% soledad y sentimiento de culpa el 30 %. Son cifras muy altas y, como incidan los porcentajes, se pueden presentar varias alteraciones a la vez.
Las causas son conocidas: el 84 % de los mayores dependientes necesita ayuda para su higiene, para vestirse el 80 %, un 63% para preparar comida y el 58 % para alimentarse, lo que supone una fuerte carga tanto física como psicológica para las personas cuidadoras.
Además, se une que cinco de cada diez mayores dependientes padecen demencia, un 19 % tiene una actitud agresiva y de menosprecio, y un 15 % sentimiento de rechazo, debido a su enfermedad en la mayoría de los casos, pero que genera en el familiar cuidador sentimientos de desamparo e incomprensión.
La SEGG propone un reconocimiento efectivo las necesidades de los cuidadores, ya que a un 51 % manifiestan les gustaría tener reconocimiento social, un 45 % demanda ayuda económica y un 41 % apoyo psicológico y emocional.
En el caso de las mujeres cuidadoras, que son la abrumadora mayoría, según los datos ofrecidos por CC. OO. y UGT, el 90,93 % de las excedencias registradas en 2016 por cuidado familiar fueron solicitadas por mujeres y un 7 % de las mujeres que se encuentran en situación de inactividad en España no trabaja porque está a cargo de menores o personas adultas enfermas, mayores o con discapacidad.
Estos datos los resaltó la SEGG coincidiendo con el Día del Cuidador, que se conmemora este 5 de noviembre, además, la SEGG, que ha puesto también en marcha el proyecto «Un cuidador lo cambia todo» para informar y concienciar sobre su trabajo.