El juego es un gran aliado contra el alzhéimer

30/01/2019

El aumento de las enfermedades neurodegenerativas en todo el mundo es consecuencia de que cada vez nos hacemos más viejos, es decir, del aumento de la esperanza de vida. El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa, irreversible y progresiva, que provoca el deterioro cognitivo en quienes la padecen y afecta gravemente su entorno.

Aunque sea, por el momento, una enfermedad progresiva y sin cura, existen desde hace tiempo métodos y terapias que ejercitan la memoria, la atención y la psicomotricidad. Estas terapias están relacionadas con el juego, pasatiempos, lecturas, etc. y ayudan a prevenir la enfermedad en personas sanas y a desacelerar su avance en las fases primeras e intermedias de la enfermedad.

Juego y AlzheimerEl juego es un estimulante de la mente desde el nacimiento, es también atractivo y provoca endorfinas, procurando bienestar a quien lo practica. Para las personas con deterioro cognitivo, los juegos de memoria e ingenio son claves para reforzar las neuronas. Y no solo los clásicos juegos de mesa, juegos interactivos que usan las nuevas tecnologías también son muy estimulantes para las personas mayores que los practican.
 
 
Además, jugar a los bolos o seguir una coreografía con a la Wii o la Play, echar una las damas o al Monopoly, es mucho más atractivo que sentarse ante un papel para hacer ejercicios de enlazar conceptos. Las personas mayores sienten que pasan el rato divirtiéndose, socializado y, además, reforzando sus capacidades mentales y motoras, no lo ven como una pesada obligación que les imponen los terapeutas del centro de día o los del taller de la residencia geriátrica.  
 
 
El juego no va a hacer que la enfermedad se detenga, pero sí ayudará al bienestar del paciente y a que la memoria funcional se conserve más tiempo, al mantener la mente ejercitada, las neuronas están mejor comunicadas, por lo que se pueden mantener e mejorar algunas habilidades como la atención, ciertas capacidades motoras o estimular recuerdos.
 
 
Además, el juego siempre se elige en función de los gustos de cada persona, lo que contribuye a reforzar la autoestima, reducir el estrés y aumenta el bienestar. También se debe tener en cuenta la la capacidad cognitiva de la persona y en qué fase está de la enfermedad, de manera que en los primeros estadios se pueden usar juegos complejos, que se irán simplificando a medida que aumente el deterioro.
 
 
Todo son ventajas en con el juego, una excelente terapia que mejora la calidad de vida de las personas y cada vez se aplica más en residencias y centros de mayores  

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