Ya está llegando el calor, en algunas zonas con
intensidad y nunca está de más recordar las necesidades hídricas especiales de
las personas mayores.
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, SEGG,
con motivo del Día Nacional de la Nutrición, que este año tuvo por lema «Hidratación también es salud», ha difundido
la información que facilitamos en Inforesidencias.
A medida que envejecemos, disminuye la proporción de agua del organismo,
por eso debemos reponerla adecuadamente.
Habitualmente, cuando se
aborda la alimentación y nutrición, el protagonismo que se le concede al agua
es escaso. En las personas mayores, el agua ha de contemplarse como un
nutriente esencial y de primer orden, sin valor calórico o energético, pues
carece de macronutrientes (hidratos de carbono, grasas o proteínas), pero con
un aporte de micronutrientes no despreciable, en forma de minerales: calcio,
fósforo, magnesio, flúor y electrolitos (sodio, potasio y cloro).
El mecanismo de la
sed se despierta cuando se ha perdido el 1-1,5 % del líquido corporal,
que es cuando comienza el proceso de deshidratación. Por ello, debemos
establecer unas recomendaciones para las personas mayores que amortiguarían
las necesidades adicionales de líquidos, evitando cuadros de deshidratación y
descompensaciones orgánicas, ante determinadas situaciones extraordinarias como
un aumento de temperatura ambiental, problemas digestivos: pérdidas
gastrointestinales (vómitos, diarreas, hemorragia, obstrucción intestinal), pérdidas
cutáneas en los problemas de salud que se acompañen de respiración acelerada,
situaciones en las que se produzcan aumento de las necesidades de líquidos como
fiebre, calor, quemaduras, fibrosis quística, sudoración, actividad y ejercicio
físico…, pérdidas renales: nefropatía pierde sal, enfermedad de Addison,
hipoaldosteronismo.
Además, hay que tener en
cuenta que algunos medicamentos
que cotidianamente toman las personas mayores modifican y aumentan las
necesidades de agua como los diuréticos, fenitoína, teofilina, broncodilatadores,
laxantes, etcétera.
Características del agua para los mayores:
- El agua debe ser sin gas para evitar
las flatulencias, salvo en casos excepcionales en los que así se prescriba para
evitar dispepsias.
- El agua no debe ser muy rica en
minerales, para evitar desequilibrios hidroelectrolíticos y descompensaciones
de patologías como la hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca congestiva,
etcétera.
- No es necesario que toda la ingesta
externa de líquidos se efectúe exclusivamente a expensas de agua, se pueden
utilizar alternativas adaptándose a las apetencias individuales con leche,
zumos, infusiones, tisanas, caldos, sopas, gazpacho, gelatinas…
- En épocas estivales utilizar alimentos
ricos en agua: leche entera o preferentemente desnatada o semidesnatada, yogur,
verduras, fresa, sandía, melón, zumos…
- El agua se debe tomar a una
temperatura agradable. Se considera óptima entre 12-14 grados centígrados.
Evitar temperaturas más frías por irritaciones faríngeas (faringotraqueitis)…
- Las bebidas isotónicas son las
recomendadas. No deben superar el 12 por ciento de su contenido en hidratos de
carbono, para que no interfieran la absorción del líquido.
- Buscar sabores fuertes, con
edulcorantes, incluso limón, lima. Resultan muy útiles también ante problemas
deglutorios.
- La ingesta se efectuará gradualmente a
lo largo de todo el día, forzando más en la mañana y tarde, para evitar los
despertares y la incontinencia nocturna.
- En cada comida (desayuno, comida,
merienda y cena) se debe tomar un vaso de agua para favorecer la ingestión de
sólidos. Evitar beber inmediatamente antes, así como sobrepasar 1,5 vasos
durante las comidas, pues provoca llenado gástrico y saciedad.
- Estimular para que la persona mayoringiera una cantidad adecuada de líquidos al día (1,5 a 2 litros).
- Aconsejar que si se aumenta la fibra
dietética, es necesario también aumentar la ingestión de líquidos para prevenir
la impactación fecal.
- Tomar cerveza a diario tiene una
influencia negativa para el estreñimiento crónico.
- Durante los períodos existentes entre
las comidas, tomar al menos de 4-6 vasos de agua fraccionados.
- En personas que necesiten suplementos,
la presentación líquida del mismo tiene un menor efecto saciante y mejora la
ingesta especialmente en pacientes edéntulos o sin dientes, o pacientes con
escaso apetito.
- La modificación de la textura de los
líquidos es especialmente importante en pacientes ancianos con disfagia
orofaríngea para que se mantengan adecuadamente hidratados y libres de
aspiraciones traqueobronquiales.
Tanto en los domicilios como en las residencias de mayores, seguir estos
consejos puede marcar la diferencia para disfrutar de un verano saludable.