Interesante investigación sobre la aplicación de los chips para regenerar la memoria en enfermos de alzhéimer

01/07/2019

Las nuevas tecnologías abren posibilidades en médicas que resultan sorprendentes y esperanzadoras. Es la ingeniería biomédica. El implante de chips en el cerebro es una de las técnicas que se están ensayando para regenerar la memoria en personas que han sufrido un traumatismo y se está empezando a aplicar a personas con enfermedades cognitivas como el alzhéimer.

De hecho, en enfermedades como el párkinson, los implantes cerebrales son una solución que se aplica desde hace ya algunos años con resultados exitosos para combatir los movimientos incontrolados que provoca esta enfermedad.

La noticia nos llega esta vez desde la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de la Defensa de EE. UU. (DARPA), que ha financiado varios proyecto de chips cerebrales. El primero de ellos ha sido desarrollado por la Clínica Mayo, la Universidad de Pennsylvania y la compañía de tecnología médica Medtronic Plc, y conecta la corteza temporal izquierda, controla la actividad eléctrica del cerebro y pronostica si creará un recuerdo duradero. Para hacerlo, mide las señales eléctricas del cerebro a través de sensores. Si la actividad cerebral no es la adecuada, el dispositivo proporciona una pequeña descarga, indetectable para el paciente, para fortalecer la señal y aumentar la posibilidad de formación de memoria.

Otro dispositivo ha sido desarrollado por un grupo de trabajo del Centro Médico Wake Forest en Carolina del Norte. Se basa en que para formar recuerdos varias neuronas se disparan de una manera muy específica, transmitiendo una especie de código, que es único para cada persona, como único es cada recuerdo. Al examinar unas pocas docenas de neuronas en el hipocampo (el área del cerebro responsable de la formación de la memoria) se pudo identificar patrones que indican la formación de memoria correcta e incorrecta para cada paciente y de esta manera proporcionar códigos precisos cuando el cerebro falla. En un estudio publicado el año pasado, los pacientes mostraron una mejora de la retención de la memoria de hasta un 37 %. Se trata de una cifra muy relevante.    

Los dos dispositivos se han probado en personas con epilepsia, que ya disponían de electrodos implantados en el cerebro para controlar las convulsiones. Los próximos grupos en los que se espera probar son veteranos militares con lesiones cerebrales traumáticas diagnosticados y, en general, pacientes que hayan sufrido un accidente cerebrovascular. Mientras, se está trabajando para reducir el tamaño de los dispositivos. 

En cuanto a las personas con alzhéimer, sus aplicaciones pueden ser esperanzadoras, al incidir directamente en las neuronas estimulándolas. Se trata de una enfermedad cuyas primeras manifestaciones son la pérdida de memoria inmediata y de otras capacidades mentales, además de alteraciones de conducta. No es un disparate pensar que un un futuro se puedan regular comportamientos o retener recuerdos y capacidades gracias a un chip cerebral.      

Más información sobre ingeniería biomédica en https://www.ingenieriabiomedica.org/.

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