La Asociación de Profesores Universitarios Jubilados (ASPUR), a la que se ha sumado la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España, UDP, ha solicitado a la Real Academia Española que se estudie la posibilidad de incluir el término edadismo en la próxima actualización del Diccionario de la lengua española (DLE). En la petición se señala que «esta aceptación ayudaría a reconocer este grave problema, que afecta a muchos millones de personas mayores en todo el mundo hispanohablante».
Muchas realidades, si no se nombran, parece que no existen. Aunque edadismo se utiliza de forma cada vez más habitual, su entrada en el diccionario académico le da un peso y legitimidad muy necesarios, habida cuenta la terrible realidad que se describe con ella.
Se dispone de amplios estudios que reflejan la situación de discriminación generalizada de las personas mayores, como el informe La discriminación por razón de edad en España, publicado por HelpAge España señala cómo los estereotipos construidos en torno a lo que significa ser mayor, permiten justificar un tratamiento diferenciado en el ámbito social, en las políticas y el Derecho. O el interesante informe de la ONU, que ha calificado esta discriminación como «una sigilosa pero devastadora desgracia para la sociedad», en un informe publicado en marzo de 2021, en el que usa el término edadismo. Este ilustrativo informe está disponible haciendo clic aquí. En él se calcula que «una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes edadistas, lo que empobrece la salud física y mental de las personas mayores, además de reducir su calidad de vida, y cuesta cada año miles de millones de dólares a la sociedad».
Las palabras son importantes para definir la realidad, esperamos que pronto sea introducida en nuestro diccionario de referencia.