El Índice Global
de Envejecimiento (Global Age Watch) evalúa a 96 países del mundo en función del
bienestar social y económico que ofrecen a sus mayores. En la escala, España
está en la media de los países del mundo capaces de ofrecer una vida digna a
los mayores, pero según los indicadores, desde 2013, que es cuando se empezaron
a realizar estas evaluaciones, a la actualidad, está empeorando.
España quedó en 2015 en el puesto 25, un nivel medio alto en la clasificación, pero con datos peores que en años anteriores.
Pese a que en España la esperanza de vida aumenta cada año, situándose en 83,30 y es muy alta con respecto al resto de países analizados en el estudio, hay factores que indican que vivir más años no está unido a vivir con confortabilidad y con las necesidades cubiertas,
El análisis estudia cuatro variables: los ingresos, el estado de salud, las competencias y el entorno favorable para los mayores de cada país.
La variable ingresos evalúa si la media de las pensiones cubren las necesidades básicas y permiten a la persona mayor ser independiente. En cuanto a la salud, se mide la fragilidad, mortalidad y morbilidad en los mayores de 65 años. El aspecto de competencias es el dedicado a computar la inversión en empleo y educación. La variable entorno mide si las personas mayores tienen libertad para elegir cómo y dónde desean vivir de manera independiente.
Con respecto a otros años, las personas mayores españolas disponen de más ingresos y son más autosuficientes, pero su estado de salud ha empeorado y se ha reducido la inversión en empleo y educación.
Las proyecciones señalan problemas presupuestarios para afrontar el envejecimiento acelerado del país, en todos los niveles de análisis. Es una cuestión preocupante, pues se prevé que en cincuenta años España sea en uno de los países más envejecidos del mundo si no se adoptan medidas que corrijan la inversión de la pirámide de población.
Se puede consultar el informe completo del Índice Global de Envejecimiento en: http://www.helpage.es.