A veces pequeñas
acciones, como dedicar un poco de tiempo, cambian la vida de las personas.
Nos ha llegado una
experiencia de Rusia que nos ha gustado porque demuestra que la iniciativa de
una sola persona, a veces se convierte en el beneficio de muchas.
Svetlana, una
estudiante rusa de Filología, es la creadora del proyecto La Alegría de la Tercera
Edad. El primer contacto con personas mayores fue casual, gracias a un curso de folklore que realizó en su primer
año de estudios que la llevó a conocer a las personas mayores alojadas en la
residencia Skov. En ellas apreció soledad y abandono, pero a la vez un gran
deseo de compañía y una alegría al tener contacto con los estudiantes. La
experiencia sirvió para que surgiera una maravillosa idea para unir «abuelos» y
«nietos» que antes no se conocían.
El primer contacto
es la «Carta de los nietos» y a partir de esa primera acción se inicia una
correspondencia y realizan visitas periódicas de los jóvenes a las residencias
para compartir un poco de tiempo con sus nuevos «abuelos».
Ya son 5000 las
personas mayores de residencia públicas de Rusia que reciben cariño y atención
por este método.
Esta iniciativa se
asemeja a la que realiza en España las organizaciones Adopta un abuelo o Amic de la gent gran,
que acompañan a personas mayores en residencias geriátricas y domicilios.