La insuficiencia cardiaca (IC) es un síndrome en el que confluyen
alteraciones físicas que llevan al paciente a respuesta del corazón débil y es una
de las primeras causas de hospitalización en personas a partir de los 65 años
de edad.
Una de las causas en la tercera edad de la IC es el estilo de vida que se
ha llevado a lo largo de los años. Así el tabaquismo, la alimentación
desequilibrada, la falta de ejercicio o el abuso de alcohol, aunque con la edad
se controle o incluso se abandonen los malos hábitos, pueden dejar secuelas que
conduzcan a hipertensión, diabetes u obesidad que provoquen o agraven problemas
cardiacos.
La prevalencia en el mundo de la insuficiencia cardíaca es de 2 %, pero
el envejecimiento de la población y el aumento de la hipertensión y de la obesidad hacen probable que la cifra aumente.
Los síntomas de la insuficiencia cardiaca pueden presentar disnea o
dificultad para respirar, edema de miembros inferiores, taquicardia o
disminución en la capacidad de hacer ejercicio, pues el bombeo de la sangre es menos
eficiente.
Evitar este problema en las personas mayores pasa en gran medida en porfomentar hábitos saludables en la juventud y
madurez: ejercicio regular, alimentación equilibrada, evitar el tabaco y
controlar patologías que se van presentando o agravando a medida que se cumplen
años como la hipertensión o la diabetes. También es importante a partir de los
40 años hacer chequeos anuales que verifiquen el estado del corazón que
incluyan pruebas de esfuerzo.
Las personas mayores, en sus domicilios, en las residencias geriátricas, en
su vida cotidiana, en fin, pueden aplicar estos parámetros también, con
seguridad es mejor aplicarlos, aunque ya se tenga una edad avanzada, que no
hacerlo, con ello, en el caso de que aparezca el problema, se podrá sobrellevar
mejor.