Por otra parte, la SEGG advierte de que la mayoría de los pacientes con Alzheimer tienen entre 80 y 86 años, por lo que deberán ser tratados por profesionales especialistas en el cuidado del mayor: los geriatras. El geriatra es el profesional capaz de valorar en su conjunto al paciente con alzhéimer y derivarle al especialista que se considere en los casos necesarios, ya que estaenfermedad degenerativa requiere un abordaje multidisciplinar (físico, psicológico, funcional, social).
Para el doctor José Antonio López Trigo, geriatra y presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, «estamos ante una enfermedad fundamentalmente relacionada con el envejecimiento, razón por la cual su abordaje debe ir estrechamente relacionado con la figura del geriatra, que desarrollará un papel protagonista en el tratamiento de esta enfermedad».
Además, López Trigo recuerda que el tratamiento del alzhéimer debe ser multidisciplinar, donde, igualmente, el geriatra tendrá una labor importante, ya que debe ser la persona encargada de derivar a los pacientes afectos a los profesionales que considere oportunos, con el fin de mejorar la calidad de vida de estos enfermos.«La atención a los pacientes con demencia y sus cuidadores requiere de un abordaje integral (físico, psicológico, funcional, social), centrado en la persona y sus necesidades cambiantes, integrado en los recursos sanitarios y sociales de su entorno, progresivo y continuado, llevado a cabo por equipos multidisciplinares. Los sistemas públicos de atención han de adaptarse a las necesidades del paciente con demencia, y no al contrario».
En España tan solo existen menos de un millar de geriatras en la sanidad pública, lo que resulta un número considerablemente escaso para tratar a los pacientes con alzhéimer y recuerda la importancia de potenciar la figura de este especialista para tratar a las personas mayores de 65 años, al igual que ya ocurre con otros segmentos sociales como es la infancia que es atendida por la figura del pediatra.
Aún cuando la enfermedad está claramente ligada al envejecimiento, los problemas de memoria (síntoma precoz de la enfermedad) no deben ser considerados como normales en la persona mayor.El diagnóstico y tratamiento precoces mejoran el curso de la enfermedad.
Se han de ofertar a los pacientes y sus familias los tratamientos farmacológicos sintomáticos estandarizados, minimizando las altas tasas de infratratamiento, especialmente en pacientes institucionalizados en residencias geriátricas.
Una información útil para quien busque una residencia de tercera edad.