La SEGG solicita formar parte de la Comisión para la Reconstrucción Económica y Social
25/05/2020
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) ha solicitado formar parte de la Comisión para la Reconstrucción Económica y Social creada en el Congreso. Como explica en un comunicado, considera que los conocimientos «de contenido científico-profesional e interdisciplinar» de sus socios es «necesario» para abordar la reconstrucción tanto en la parte de sanidad como en la de servicios sociosanitarios.
El comunicado defiende eliminar la separación entre servicios sociosanitarios y sanitarios, para que estén integrados y funcionen de manera coordinada.
Por otra parte, la SEGG ha divulgado una guía de recomendaciones para la desescalada que se puede aplicar tanto a nivel individual las familias como en los centros de mayores y residencias geriátricas. Son las siguientes.
No limitar horarios para la salida de las personas mayores (que decidan el mejor momento, según su situación personal y condiciones de entorno).
Dar al mes 30 mascarillas quirúrgicas a las personas mayores de 70 años. Quienes las buscarían con su tarjeta sanitaria en las farmacias.
Dar al mes un bote de gel hidroalcohólico a las personas mayores de 70 años. Quienes lo buscarían con su tarjeta sanitaria en las farmacias.
Hacer campaña de sensibilización y apoyo intergeneracional con las personas mayores, como elemento de integración social y de detección de alertas.
Reactivar los servicios de atención a domicilio, comidas a domicilio y, a medida que se vaya controlando la epidemia, de los centros de día.
Impulsar un nuevo servicio de fisioterapia y terapia ocupacional a domicilio, para las personas mayores, que hayan presentado caídas o un deterioro funcional durante la fase de confinamiento y que previamente caminaban solos o con apoyo de bastón o andador.
Impulsar un nuevo servicio de apoyo psicológico para los cuidadores de personas mayores, especialmente para los cuidadores de aquellos que están cuidando a personas con demencia.
En general, a las personas mayores no les gusta identificarse como personas diferentes al resto de la sociedad porque no lo son y no aconsejamos que haya elementos que así los diferencien, como vagones separados en el transporte público o mesas separadas en restaurantes. De hecho, este tipo de medidas (a veces realizadas con la mejor intención) podrían ser consideradas discriminatorias y edadistas.
En el caso de las personas mayores con múltiples enfermedades y fragilidad y dependencia, y para las personas con demencia y sus cuidadores sí que es necesario:
Aconsejar a los supermercados y tiendas y establecimientos privados que no hagan esperar durante mucho tiempo el turno, estableciendo cajeros rápidos y atención por parte de los empleados.
Adoptar medidas similares para evitar esperas en las administraciones públicas, estimulando el contacto telemático.
Potenciar las entregas a domicilio de las compras realizadas por estas personas.
Identificar claramente en el trasporte público la preferencia de asiento de estas personas.