Llegar a la tercera edad y dedicarse al mundo del cine o del teatro no son cuestiones enfrentadas. El espectro de consumidores de series es sumamente amplio y tanto jóvenes como mayores desean verse reflejados en la gran pantalla y en los escenarios.

La explosión del consumo masivo de series de televisión, gracias a plataformas bajo demanda como
Netflix,
HBO,
Movistar+, etc., ha logrado que el abanico de temáticas haya aumentado como nunca antes. Estas plataformas digitales proporcionan más espacios en los que emitirlas, producirlas y ofrecérselas al consumidor.
Los consumidores más mayores de series disfrutan viendo a los actores mayores representar situaciones propias de su edad, exigidas por el guion, o, en el teatro, actuando con la experiencia de los años.
Por poner un ejemplo, la serie ganadora en los pasados Globos de Oro, El método Kominsky, es una de las últimas comedias cuyos actores están en la tercera edad. A pesar de solo tener una temporada y ser lanzada el 16 de noviembre del pasado año solo en Netflix, ha sido capaz de entretener a jóvenes y ancianos.
A este éxito anterior, se suman otros como Transparent y Grace&Frankie. En España, por ejemplo, la protagonista de Muchos hijos, un mono y un castillo, Julia (Julita) Salmerón, ha causado un impacto positivo por su frescura y naturalidad en su vejez.