En el estudio participaron 20 personas jóvenes de entre 20 y 31 años y 20personas mayores de entre 64 y 89 años. Ninguno de los participantes presentaba deterioro cognitivo. La prueba consistió en realizar dos ejercicios de memoria mientras se les practicaba una prueba de imagen por resonancia magnética funcional (fMRI) de alta resolución. Esta prueba permite observar el flujo sanguíneo en el cerebro e identificar de esta manera qué zonas del mismo se usan en cada momento.
Los resultados parecen sugerir que la memoria no cambia en bloque al envejecer, sino que hay zonas más vulnerables, como las que se refieren a recordar objetos en las fases iniciales, en más fases avanzadas la memoria espacial es cuando se deteriora. Es más, el estudio considera que el proceso de envejecimiento cerebral no es uniforme, sino selectivo.
El estudio se apoya en los resultados para determinar que las imágenes cerebrales son una fuente de información para detectar el deterioro cuando todavía es asintomático. Este avance supondría un gran paso para atacar la enfermedad y retrasar si aparición de una manera eficaz.
Para poder ampliar la información y se va a realizar un nuevo estudio con 150personas mayores que se someterán a pruebas de imagen cerebrales con tomografía por emisión de positrones (PET). El objetivo es observar la acumulación de placas de beta-amiloide y de proteína tau durante el envejecimiento.
La ciencia sigue avanzando y aunque hoy por hoy el alzhéimer es incurable, cada día se está más cerca de que se pueda ralentizar e incluso detener el deterioro que causa. Mientras, en las asociaciones, residencias geriátricas, y centros de día, se sigue trabajando para mejorar la vida de las personas enfermas y de sus familias.