Toda actividad física, cuando llegamos a la tercera edad, debe estar supervisada por un especialista que acompañe a la persona y que le asesore de manera que se decante por aquella que le sea más beneficiosa. Entre las actividades más recomendadas está la de montar en bicicleta.
Muchas personas mayoressufren trastornos reumáticos que producen dolores articulares u osteoarticulares que les impiden, por ejemplo, correr u otras actividades que pongan en peligro su musculatura. Pero hay que tener presente que es necesario ser constante y no dejar de montar en bicicleta por sufrir algún dolor ligero. Con una media hora dos o tres por semana es suficiente para ver los beneficios.
Para hacerlo de forma que no se tengan problemas hay que empezar poco a poco, incrementando los tiempos de forma progresiva, calentando antes de empezar y usar un linimento, si es necesario. Así, podemos empezar con pequeñas rutas urbanas para luego ir pasando a circuitos más largos.
La bicicleta abre además otras posibilidades para las personas mayores, pues es muy agradable pedalear en compañía, apuntarse a un club ciclista, hacer recorridos por la ciudad o por el campo y compartir las mismas aficiones. Es un ejercicio que se puede hacer de forma lúdica y que suele traer buenos recuerdos de infancia y juventud.
Siempre insistimos en Inforesidencias en la necesidad realizar ejercicio físico de manera habitual, a cualquier edad, por los múltiples beneficios que aporta: reduce el riesgo de desarrollarenfermedades cardiovasculares y respiratorias, previene la obesidad, evita la depresión, combate el estrés, mejora la calidad de sueño, potencia al sistema inmunológico y mejora la calidad de vida en general.