Manifiesto de la SEGG y la RAMN para un modelo de cuidados de larga duración

23/03/2021

El modelo de atención a las personas mayores está cambiando. Los especialistas señalan que se debe tender hacia modelos personalizados y que potencien el cuidado en los domicilios, además de una evolución en la atención en los centros residenciales.

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y la Real Academia Nacional de Medicina (RAMN) han presentado en una jornada telemática un manifiesto que sienta las bases de un nuevo modelo de cuidados de larga duración (CLD). En la jornada también se ha analizado el impacto de la crisis sanitaria en las residencias para la tercera edad.

El manifiesto defiende que se dé prioridad y financiación a un modelo futuro que sea dinámico y progresivo y que se base en la atención domiciliaria y comunitaria, con metodología de atención centrada en la persona, integrado en los servicios sanitarios y sociales y que cuente con el apoyo a los casos complejos desde servicios de Geriatría hospitalarios o comunitarios.

Este modelo precisa se un incremento presupuestario que se alinee con las cantidades que se dedican a la atención a las personas mayores en los países más desarrollados. En estos países se prioriza la atención domiciliaria frente a la institucionalización.

La SEGG y la RAMN hacen referencia a que los cuidados de larga duración son el conjunto de servicios que se despliegan para atender a las personas con dependencia. Es decir, que esos servicios son tanto los que se ejercen en los domicilios, como los que lo hacen en residencias geriátricas.

El manifiesto señala que la base de actuación de un modelo de CLD siempre debe ser el domicilio y la comunidad o barrio donde vive la persona.

El modelo de CLD debe ser progresivo y dinámico, esto quiere decir que se empieza por la promoción de la autonomía y después se van aumentando la intensidad de los servicios, que incluyen la detección del riesgo, los servicios domiciliarios, los centros de día y de noche, las viviendas con servicios de soporte y, por último, las residencias para la tercera edad.

En el manifiesto se hace especial mención a la necesidad de retrasar la aparición de la dependencia. Para ello proponen limitar «sus factores de riesgo (…) identificando a las personas más frágiles, física, económica y emocionalmente para dedicar a este colectivo una atención preferente e instaurando programas para combatirla».

Además, se debe integrar la atención a las personas más complejas incluyendo tanto los servicios sanitarios como los servicios sociales. Así, se deben potenciar los servicios de atención domiciliarios, reforzando, tanto los equipos sanitarios como los de atención a la dependencia.

En cuanto a la atención sanitaria que se dispensa desde los equipos de atención primaria, estos se debe reforzar para las personas más complejas, de manera que se facilite la accesibilidad rápida a especialistas en geriatría tanto en régimen ambulatorio como si se necesita un ingreso hospitalario.

Es importante incorporar nuevas tecnologías que permitan la telemonitorización y la vigilancia de las personas más vulnerables. También son imprescindibles para un acceso rápido y seguro a los servicios sanitarios.

Para atender la dependencia de forma progresiva, se deben establecer un una serie de servicios que se utilizarán a medida que la persona lo necesite: centros de día y de noche, viviendas protegidas con servicios y otras formas de viviendas adaptadas. Las residencias de mayores serán último eslabón de la cadena y se  recurrirá a ellas en el caso de que no haya otras alternativas. Además, las residencias deben construirse siguiendo las normas post COVID-19, con unidades de convivencia pequeñas y abiertas a la comunidad, para facilitar la implantación del modelo de cuidados centrado en la persona.

Se puede acceder al manifiesto aquí.

¿Te ha parecido interesante este contenido?