El aumento de esperanza de vida va unido a un aumento las perspectivas vitales y que, en una parte muy alta de la población, el estado de salud y la firma física se mantenga en buen estado por más tiempo. Cumplir ahora 60 años no es comparable a cuando lo hacían nuestros abuelos. De hecho, a los 60 antes eran viejos y ahora muchos lo que se consideran «personas maduras».
En Italia se han tomado esto en serio y según los participantes del Congreso de la Sociedad italiana de Gerontología y Geriatría la vejez comienza a los 75 años.

Se basan en que una persona de 65 años hoy tiene la forma física y cognitiva de una de entre 40 y 45 años de hace 30 años, según estos parámetros, los 75 años actuales corresponden a la que tenía un individuo de 55 en los ochenta. Se trata de adaptar el umbral de la vejez a la esperanza de vida.
En Italia la esperanza de vida aumentó unos 20 años con respecto la primera década del siglo pasado, pero no solo eso, una gran parte de la población entre los 60 y los 75 años disfruta de salud, está activa y con buena forma física y mental, gracias a los avances médicos y sociales.
Con estos datos, los geriatras italianos consideraron que hay que adaptar el concepto de vejez a la realidad demográfica y epidemiológicas y que desde el punto de vista científico, se considera que una persona es anciana cuando le queda una esperanza media de vida de diez años.
Italia ocupa el primer lugar en la Unión Europea en cuanto a la proporción de la tercera edad. De los 60 millones de italianos el 22,6 por ciento tiene más de 65 años. La esperanza de vida es de 82,54 años (en España es de 82,83). Como en nuestro país, Italia se enfrenta a los retos del envejecimiento de la sociedad y a la necesidad de prestación de servicios específicos que cubran las necesidades cada vez mayores de una franja de población cada vez más numerosa:
residencias para la tercera edad, servicios de geriatría, pensiones, etc.