Residencia para trabajadoras del sexo de la tercera edad en México D F

10/08/2016

La Casa Xochiquetzal, llamada así en honor de la diosa azteca de la belleza, el amor y el placer carnal, es una residencia para mujeres de la tercera edad que han dedicado su vida a la prostitución y que llegada la vejez se ven en situación de desamparo. Está en el barrio de Tempito, en ciudad de México y está gestionada por una organización civil con el apoyo del gobierno de la capital mexicana.  Se inauguró en el año 2006.

casa Xochiquetzal México para prostitutar jubiladasLas enfermedades propias de la edad y otras derivadas del ejercicio de la prostitución, venéreas, alcoholismo… y las secuelas psíquicas derivadas de situaciones de explotación y malos tratos hacen que muchas mujeres, cuando su cuerpo ya no resulta atractivo su edad hace que no capten clientes,se vean en la calle y sin posibilidad de ingresos de ningún tipo que les permitan una vejez digna.

Este centro de atención a adultos mayores acoge a estas mujeres rechazadas por sus familias y por la sociedad en general. Es una antigua casona colonial de dos plantas, situada en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad, prácticamente oculta durante el día por un bosque de lonas de plástico que usan los vendedores ambulantes para cubrir sus puestos y está cedida por el ayuntamiento del Distrito Federal, después de estar años abandonada tras ser sede del Museo de la Fama y el Deporte.

Muchas de las tareas de la residencia geriátrica se realizan por las propias residentes, así, los sábados y domingos son ellas quienes cocinan, el resto de la semana es un equipo de cocineros, y se reparten tareas como limpieza de baños, del patio, lavandería…

Las habitaciones del geriátrico están en su mayoría en la segunda planta y se distribuyen en grupos de tres, de forma que para entrar a las del fondo hay que pasar antes por otras dos. Hay también un salón para actividades.

En la planta baja de la residencia de tercera edad hay algunas habitaciones, un patio, administración, cocina, lavaderos, el comedor y un espacio para un taller de manualidades donde se organizan cursos y las residentes pueden realizar trabajos para vender y con el dinero que saquen, puedan cubrir sus necesidades básicas.

La casa organiza varias veces por semana talleres y actividades, que van desde charlas sobre derechos humanos y autoestima hasta cineclub, pasando por lectura, danzaterapia, yoga o visitas a museos.

Muchas mujeres llegan en condiciones de desamparo absoluto, algunas no disponen ni de partida de nacimiento o de documento de identidad. En la casa se les ofrecen tres comidas diarias techo, vestido, atención médica, atención psicológica y atención jurídica.

En muchos casos, la primera asistencia es la jurídica, pues son mujeres administrativamente inexistentes, algunas procedentes de otros estados, por lo que se les ayuda a conseguir la documentación necesaria para poder acceder a ayudas sociales, incluidos los servicios de salud municipales.

Es casa de puertas abiertas y pueden entrar y salir cuando quieran, las mujeres tienen que respetar las normas de convivencia, cumplir con sus quehaceres de limpieza o cocina y participar en algunos de los talleres. El resto del tiempo pueden ir dónde quieran. Algunas salen a pasear o intentan buscarse la vida para sacarse algún dinero para algún capricho o comprarse ropa, productos de aseo…
Para ingresar como residente hay que cumplir tres requisitos: que hayan sido o que sean trabajadoras sexuales, que cuenten con una determinada edad y que no tengan redes familiares o sociales que puedan hacerse cargo de ellas.
La edad mínima para entrar se fijó en 60 años, pero se bajó, pues el ejercicio de la profesión hace que las mujeres presenten un deterioro importante a partir de los 50 años.

Los problemas psicológicos y la vida dura, con problemas de autoestima hacen que la convivencia no sea fácil, por eso se cuenta con la labor de varias trabajadoras sociales que ayudan a solventar los roces diarios.

La Asociación que gestiona la casa reciben algunas ayudas, en forma de alimentos, ropa o muebles del gobierno del Distrito Federal, y el resto de la financiación proviene de donativos.
Es otro de los servicios que presta la casa es un entierro decoroso. Para ellas es importante saber que no acabarán en una fosa común y que se respetarán las costumbres con mariachis, ramos de flores, acompañamiento…

Fuente de la fotografía, web de la Casa Xochiquetzal

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