El deterioro cognitivo no tiene en la actualidad cura, aunque se investiga
y se logran avances, no se ha conseguido ninguna terapia farmacológica o de
otro tipo que consiga detener de manera definitiva el avance de la enfermedad.
Sin embargo, el diagnóstico precoz sí que es un arma que permite intentar tratamientos
que ralenticen el avance de patologías como el alzhéimer.
También es importante la detección temprana de la enfermedad en el sentido de que permite a las personas tomar decisiones que afectarán a su futuro (legales, si se desea cuidados en el entorno, si se prefiere una residencia geriátrica y cuándo ingresa en ella, financieras, etc.) y que cuando la enfermedad avance no podrán llevar a cabo. Así mismo, puede ayudar a decidir cómo se quiere afrontar la enfermedad y tomar decisiones sobre cómo se desea vivir y lo que se quiere hacer.
Las investigaciones están desarrollando herramientas de detección del deterioro cognitivo que van desde análisis de sangre a imágenes cerebrales, en un intento de diagnosticar cuando la enfermedad es todavía asintomática. Sin embargo, lo más habitual es que se detecte la enfermedad cuando empieza a manifestarse de manera evidente. Han que tener en cuenta que ser mayor no lleva aparejado sin remedio padecer una demencia, es más tener lapsus de memoria o despistes en un momento dado no tiene que ser necesariamente un síntoma.
Las personas del entorno deben estas atentas a los síntomas que unidos sí pueden indicar que hay un problema. Algunos síntomas más comunes del deterioro cognitivo son:
Esperamos que esta información sea de utilidad para nuestros lectores.
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