Estos programas los ofrecen las residencias, aunque ya son muchos los ayuntamientos y administraciones públicas que en verano ofrecen unas plazas reservadas para este fin. A pesar de la saturación que muchos centros tienen ocupación plena, los programas que se organizan para estas fechas dejan siempre posibilidades para que las familias puedan descansar con la tranquilidad necesaria.
Algunos grupos deresidencias, como DomusVi, disponen de una unidad especializada de respiro familiar, que funciona todo el año y que acoge a la persona mayor en casos de convalecencia, viajes o enfermedad del cuidador, etc. Puede utilizarse desde un fin de semana a un mes completo.
Dejar a nuestro familiar de manera temporal en una residencia, con todos los cuidados y atenciones que requiere, no es un capricho ni debe hacer sentirse mal al cuidador. También nos podemos plantear que también él puede necesitar un cambio y descansar una temporada de nosotros. Pero lo fundamental es que si el cuidador está bien, puede disfrutar de momentos de ocio y de descanso, la persona cuidada estará mejor.
Además, en ocasiones, las estancias temporales suponen un interesante «entrenamiento» tanto para las familias como para la persona mayor para cuando, si se da el caso, se tome la decisión de que sea una estancia permanente.