En esta provincia, en algunas residencias
de la tercera edad se han puesto en marcha medidas de protección
excepcionales y se han activado los protocolos correspondientes.
El protocolo contempla que las personas mayores tienden a deshidratarse con mayor facilidad, con la edad se pierde la sensación de sed y, además, quienes presentan problemas cognitivos pueden tener problemas para transmitir que necesitan beber. Así, la primera medida consiste en proporcionar agua o líquidos cada dos horas de manera rutinaria a las personas con dificultades cognitivas y recordad al resto la necesidad de hidratarse.
Otras medidas son mantener en penumbra y con las ventanas cerradas las habitaciones y entreabrir las primeras por la noche; tras el baño o la ducha de la mañana mantener cerrada la puerta para que no salga el calor, y recomendar vestir (o proporcionar la ayuda correspondiente a quien no puede hacerlo por sí mismo) con ropa holgada y fresca.
Además de la deshidratación y los golpes de calor, las elevadas temperaturas ocasionan de ánimo que pueden ser tanto de nerviosismo como de aletargamiento y bajadas de tensión.