Formar un perro guía es una gran inversión de
tiempo y dinero. La Fundación del Perro Guía, en Boadilla del Monte (Madrid),
cuenta con 110 000 metros cuadrados que acogen los servicios de crianza,
alojamiento y cuidado de cachorros, entrenamiento e instrucción de perros,
clínica veterinaria, albergue para perros jubilados y residencia para la
formación de los usuarios de perros guía. Aquí los instructores enseñan a los
canes a evitar obstáculos fijos y móviles, avisar de cruces y escalones, buscar
pasos de peatones, entradas y salidas de establecimientos así como localizar
escaleras o paradas de autobús, entre otras. La formación de estos perros guía,
que se prolonga durante dos años, supone un desembolso de 30 000 euros.
En España 1 058 perros guía trabajan al lado de las personas ciegas, 46 de ellos están en Castilla y León: ocho están en Valladolid, tres en Ávila, nueve en Burgos, catorce en León, uno en Palencia, seis en Salamanca, dos en Segovia, uno en Soria y dos en Zamora, y es en esta comunidad donde estos perros, adiestrados en la ayuda y apoyo, pueden encontrar un nuevo hueco cuando acaba su vida laboral.
No es una experiencia nueva, en 2014 la residencia de mayores de San Blas de Fabero (León) adoptó a Cuca, una perra labradora que durante diez años fue guía de una persona invidente, para hacer compañía a unos ancianos en el módulo de convivencia del programa «En mi casa», modelo de atención que está implantado la Junta de Castilla y León y del que ya hemos hablado en Inforesidencias.com (https://www.inforesidencias.com/contenidos/noticias/nacional/el-modelo-en-mi-casa-ya-tiene-su-decreto-en-castilla-leon). La presencia de Cuca le valió a la residencia San Blas de Fabero uno de los premios de la Fundación Pilares para la Autonomía Personal que reconoce las mejores prácticas de experiencias pioneras en la atención a personas con discapacidad.
Nos parece una magnífica iniciativa que esperamos se extienda a otras residencias. En numerosas ocasiones nos hemos referido a los beneficios que aportan los animales de compañía a las personas mayores, más cuando viven en un entorno con el de una residencia geriátrica. Estos perros,jubilados como sus compañeros humanos, pueden llegar a formar parte de la familia y ser una maravillosa terapia ocupacional y de socialización no como visitantes o una actividad, sino como residentes y compañeros a tiempo total.
Enlace de interés: Residencias de tercera edad en Segovia