El análisis recoge una decena de trabajos publicados entre 1990 y 2007, que incluyen a más de 23 000 personas de edad avanzada de entre 70 y 80 años, a los que se les ha seguido entre un abanico 4 y 31 años, dependiendo de lo que se quisiera estudiar. Otras cinco artículos se centran en la actividad física de más de 10 000 personas mayores.
Envejecer es un factor de riesgo con respecto a las enfermedades neurodegenerativas, sin embargo, existen factores que contribuyen a mantener la reserva cognitiva, como el nivel de estudios y las relaciones sociales, a las que se añade el ejercicio físico. Se han descrito diversos mecanismos mediante los cuales el ejercicio disminuye la neurodegeneración del cerebro y, aunque lo ideal es ser activos físicamente toda la vida, nunca es tarde para empezar.
Se puede ver dos niveles las ventajas del ejercicio físico: a nivel cuantitativo, una vida activa incide en el nacimiento de nuevas neuronas de la región del hipocampo, donde reside la memoria, eso se debe a que la contracción muscular manda señales al cerebro que influyen en su regeneración; a nivel cualitativo, la actividad física promueve que ocurran nuevas sinapsis entre neuronas, y refuerza la comunicación entre ellas y a mayor neurotransmisión de las células nerviosas, mejor funcionalidad.
Aunque las residencias de tercera edad suelen ser recursos que utilizan mucho más personas mayores que sufren demencia u otro tipo de afecciones generadoras de dependencia, es relevante saber qué puede ser un factor de prevención en Alzheimer ya que podría ser aplicado a los mayores que no sufren ningún tipo de demencia.