En el mes de junio, en Inforesidencias reseñamos la aparición de un medicamento que parecía abrir una puerta de tratamiento para el alzhéimer. La Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, en inglés) había aprobado el uso de Aducanumab, de Biogem, y con todas las cautelas, se señalaba como un avance, pues todavía no se ha conseguido ningún fármaco que de manera eficaz frene el deterioro que causa la enfermedad. La aprobación no estuvo exenta de polémica, pues se echaban en falta mayores evidencias clínicas.
En el mes de diciembre, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha comunicado que rechaza la autorización para la comercialización del Aducanumab. Su decisión se ha basado en los resultados ambiguos que se han dado en fase III de los estudios clínicos de este medicamento. La EMA señala que la evidencia científica no demuestra suficientemente que aducanumab sea efectivo para el tratamiento en adultos en fases iniciales de la enfermedad de Alzheimer. La conclusión es que, a pesar de que la administración de Aducanumab reduce la presencia de amiloide en el cerebro, no se ha podido relacionar esta reducción con una mejora clínica de las personas que lo han recibido y que no queda demostrado que los posibles beneficios rebasen los posibles riesgos.
En Estados Unidos, el medicamento está sujeto a un nuevo estudio tras comercialización para demostrar su eficacia clínica. La farmacéutica Biogenha ha anunciado que pedirá que reexaminen su solicitud en Europa en 2026.
La Fundación Pasqual Maragall ha publicado en su blog un interesante artículo donde explica las circunstancias e historia de este medicamento y sus posibilidades terapéuticas.