La importancia de cuidar la imagen de las personas mayores

20/02/2018

Tener un buen aspecto, saludable, aseado y de acuerdo con la estación del año y la situación social en la que nos encontramos dice mucho de nosotros. De todos, también de las personas mayores.

Por desgracia muchas personas mayores no tienen la opción de cuidarse por ellas mismas y dependen de otros para elegir su ropa o su corte de pelo, o bien no tienen recursos suficientes para poder acceder a servicios como peluquerías o que incluso las rebajas se les quedan caras. Es indispensable que quienes velan por su bienestar consideren que la imagen que proyectan es fundamental para su dignidad y para que se integren de manera natural en su entorno.

Anciana modelo con glamourNo se trata de que transformase ni de gastar en moda, de lo que hablamos es de invertir tiempo y cariño en cuidar la imagen de nuestros mayores, y eso no cuesta dinero, o no mucho dinero. Con poco esfuerzo, se consiguen grandes resultados que mejoran mucho la vida de las personas. Además, verse en el espejo y estar a gusto con la imagen que se ve, refuerza la autoestima y levanta el ánimo. Por lo que merece la pena el esfuerzo.

Hacer ejercicio para estar tonificados y con agilidad es la primera premisa. Andar un rato cada día puede ser suficiente y apuntarse a un gimnasio o nadar añade el plus de la socialización.

Es importante cuidar la dentadura y la audición. La imagen de una persona mayor desdentada y sorda debería pertenecer al pasado. Dentaduras y audífonos mejoran la calidad de vida y la salud, no solo la imagen, y no debe descuidarse este extremo bajo ningún concepto.

Cuidar la alimentación y la higiene proporciona, además de lo consabido en salud y bienestar, una imagen de limpieza y cuidado que hace sentirse a la persona integrada y con bienestar. Si se tienen dificultades en este aspecto, es tarea de las personas cuidadoras en el domicilio o de las que estén en la residencia de la tercera edad cuidar de que las personas mayores estén con el peso y la masa muscular adecuados y que estén siempre limpios, sobre todos quienes precisen de pañales o se manchen con frecuencia por sus dificultades motoras.
Ejemplo de taller de autoimagen en personas mayores en residencia la Font

En cuanto a la ropa, sin estar a la última moda, cuidar un poco la imagen ayuda a sentirse integrado. La idea de que como se es viejo da lo mismo ir en chándal que en traje, debe desterrarse. Lejos de los tiempos en los que el negro era el «uniforme» de los mayores, nos gusta estar con personas que se visten y peinan no solo para agradarse ellas, sino para agradar a los demás. Si somos nosotros quienes las cuidamos, debemos pensar no solo en que la ropa sea cómoda y que el pelo sea corto porque me facilita la labor. Cumpliendo las premisas de practicidad que exige el cuidado, siempre hay margen para que la chaqueta, el pañuelo, los calcetines… no se vean raídos y como apañados de cualquier montaña de ropa sin dueño y el pelo no tenga aspecto de trasquilado.

No debemos ser esclavos de la imagen, pero sí ser conscientes de que verse bien en el espejo es clave en la autoestima y socialización, además de que la imagen que proyectan de ellos los mayores condiciona en gran medida cómo se les trata.


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