El robot combina la movilidad con la detección de actividad, se mueve por las habitaciones, rodea obstáculos para encontrar a las personas, ofrece instrucciones en vídeo sobre cómo realizar tareas sencillas e, incluso, puede llevar a su propietario pequeños objetos como la medicación o enseres.
En las pruebas que se hicieron, el equipo que diseñó el robot contó con 26 estudiantes a los que se les encargaron tres actividades en las que tenían que usarlo como asistente: prepararse para pasear al perro, tomar medicina con comida y agua y regar las plantas de casa. Sn tareas cotidianas, pero complejas. Cuando los sensores de la casa detectaban un fallo humano al iniciar una tarea o problemas para llevarla a cabo, el robot recibía un mensaje para ayudar. En ese momento, entraba en acción su sistema de planos, la cámara de navegación, los sensores y el software para distinguir qué tipo de ayuda era la que se precisaba. La persona podía indicar mediante una tableta si quería ver un vídeo del siguiente paso a dar en la tare, ver la actividad completa o consultar al robot para que les dirigiera a los objetos necesarios para completar la tarea: coger la correa del perro, llenar la regadera...
Después, a los participantes se les pidió que puntuaran la actuación del robot. La mayoría lo puntuaron favorablemente y encontraron que su interfaz era fácil de usar. También informaron de que el vídeo del siguiente paso les parecía más útil que los mensajes. Los resultados fueron satisfactorios.
Aunque se encuentra en fase de desarrollo, es interesante conocer por dónde van las investigaciones en cuanto a las ayudas técnicas para las personas mayores. Tanto en domicilios como en centros o residencias geriátricas, es de prever que el uso de este tipo de herramientas de inteligencia artificial e ingeniería avancen y se utilicen como apoyos.