Es un tema que hemos tratado en múltiples ocasiones en Inforesidencias.com. El uso de animales en residencias de ancianos como forma de terapia.
Según un documento de protocolo de actuación de la Fundación Affinity: En personas mayores se ha comprobado que la compañía de los animales tiene efectos positivos. El primero de estos efectos y quizás el más destacado es la compañía y los efectos benéficos contra la soledad seguido por los emocionales y de salud. El estado de ánimo de la persona aumenta y mejora al ver cosas divertidas y curiosas de su mascota, a veces provocando risa. El hecho de acariciar a un
animal
provoca un estado de paz y tranquilidad en las
personas, creando un ritmo normal en el corazón y regulando así su presión arterial. El estar
pendientes del perro y de sus necesidades también les ayuda a no sentirse inútiles, pasan de
ser cuidados a ser cuidadores. También el deber de sacar a un animal a pasear provoca
actividad física y mejora la salud. Un animal siempre es un efecto socializador. Cuantas veces
no hablamos con gente de todas las edades sobre nuestros animales y especialmente con
personas de edad avanzada. A su vez las personas mayores que han sufrido la pérdida de su
pareja o de familiares cercanos, pasan por diferentes y difíciles etapas emocionales que
muchas veces afectan su salud y/o la agravan. Una mascota les dará la fuerza para seguir
adelante y no refugiarse solo en su dolor. Todos los beneficios antes mencionados le ayudaran
a seguir con su vida de una manera más normalizada.
Ahora leemos en una publicación Argentina, La Prensa Gráfica, un interesante artículo que trata sobre esta realidad tanto desde las perspectiva de las residencias como desde la de los enfermos que utilizan a los animales en forma de terapia sanitaria. Esto es sólo un breve extracto, vale la pena leer el artículo completo.
Carmen Castro, psicóloga de la Asociación Española de Terapias Asistidas con Animales y Naturaleza (AETANA), explica que los animales –como perros, caballos, gatos, aves e incluso delfines o leones marinos– pueden hacer sonreír a quienes en la vida nunca lo han hecho y eso se debe a que estas personas responden mejor a este tipo de vínculo, sobre todo porque una mascota "te mira y nunca te va a juzgar”.
Existe un abanico muy amplio de casos en los que se aplican estas terapias, ya que cada vez aparecen más enfermedades raras. La psicóloga destaca que sobre todo se aplica en "personas autistas, en mayores con falta de comunicación o depresión e incluso para superar las propias fobias a los animales”.La terapia asistida por animales es una intervención orientada a un objetivo concreto. Es un proceso analítico, documentado y evaluado. Estas terapias son llevadas a cabo por profesionales.
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